El primero prepara el reparto anual y el segundo se enfrenta a una demandanueva york. Con el arranque del año nuevo, llega el momento de distribuir las jugosas bonificaciones entre el sector bancario de Estados Unidos. Después de la tormenta siempre llega la calma y parece que Bank of America está dispuesto a repartir cuantiosos incentivos dentro de su unidad de banca de inversión para evitar la espantada de algunos de sus ejecutivos más valorados. Por su parte, Goldman Sachs se enfrenta a una nueva demanda presentada por un fondo de pensiones que quiere impedir el reparto de casi 22.000 millones de dólares en bonus. La polémica resurge en un momento en que los temores sobre los riesgos del pasado vuelven por sus fueros. Así lo piensa al menos el Banco de Pagos Internacionales (BPI), que ha convocado este fin de semana a los principales banqueros para tratar este tema. De momento, el banco más grande del país, libre de las esposas doradas del Gobierno estadounidense tras devolver los 45.000 millones de dólares, pretende otorgar incentivos equivalentes a los repartidos en 2007, cuando Merrill Lynch, su nueva unidad de banca de inversión, entregó cerca de 5.800 millones de dólares en bonificaciones. A día de hoy, según adelantaba el Wall Street Journal, el 25 por ciento de dichos bonus se entregará en efectivo y el resto en opciones de la compañía que estarán ligadas a la evolución del banco. Desde Bank of America, su portavoz, Robert Stickler, declaraba a varios medios de comunicación que "todavía no se ha decidido nada sobre la política de incentivos de 2009", sin embargo, añadía que "algunos empleados recibirán grandes bonificaciones porque han tenido un gran año". Unas declaraciones que no pasaron desapercibidas especialmente tras la polémica provocada por la entrega de bonus realizada por Merrill Lynch antes de ser absorbida por Bank of America en enero de 2009, un hecho que puso en pie de guerra a los inversores del banco y en entredicho la intervención del Gobierno estadounidense. Enfrentamiento judicial Por otro lado, el todopoderoso Goldman Sachs se enfrenta a una demanda interpuesta el pasado jueves por un fondo de pensiones de Illinois que quiere impedir el reparto de incentivos dentro del que fue banco de inversión. Según los documentos presentados por Central Laborer´s Pension Fund, el reparto de casi 22.000 millones de dólares "demuestra la completa falta de supervisión" dentro de la entidad y dañará a los inversores.