Una familia afincada en Galicia adquiere por 40 millones la sede de la compañía, que se quedará como inquilina MADRID. Antes de cerrar el año, Ferrovial ha puesto punto y final a un proceso que tiene abierto desde el pasado mes de septiembre. El grupo de construcción y servicios ha vendido su cuartel general de Madrid a un inversor gallego, informaron fuentes del sector a este diario. Con esta operación, que contó con el asesoramiento de la consultora Knight Frank, la empresa de Rafael del Pino se embolsa 40 millones de euros y reduce costes. Ferrovial se quedará como inquilino en la sede, situada en pleno centro de la capital, durante un plazo de 12 años y tiene la posibilidad de prorrogar dos veces su contrato durante cinco años, de manera que se asegura vivir en esa casa 22 años. Con esta fórmula, el inversor percibe mensualmente unas rentas, que le permitirá amortizar la inversión. Si el nuevo casero decidiese vender la sede, el grupo de construcción y servicios tiene el derecho garantizado de volver a comprarlo antes de ofrecérselo a terceros, por lo que se asegura la propiedad. El director general de Ferrovial Inmobiliaria, Álvaro Echániz, manifestó su satisfacción por esta operación en un mercado inmobiliario que atraviesa turbulencias. Además, el directivo señaló que la venta permitirá a la compañía "rentabilizar" la sede con un acuerdo "beneficioso" para las dos partes. Aunque no es una cantidad extraordinaria para el dinero que mueve el grupo constructor, los 40 millones de euros que percibirán se meterán en la caja para aprovechar las oportunidades de negocio. El cuartel general de Ferrovial está situado en la madrileña calle Príncipe de Vergara. Fue inaugurado en 1989 y cuenta con una superficie construida de 8.549 metros cuadrados, distribuidos en siete plantas y dos garajes, que disponen de 100 plazas de aparcamiento. El grupo de Rafael del Pino no es la única empresa que se ha sumado a la tendencia de vender sus propiedades inmobiliarias para quedarse posteriormente como inquilinos. La primera en dar el pistoletazo en estas operaciones, conocidas en el sector como sale lease back, fue Banco Santander, que puso a la venta sus edificios, sucursales y cuartel general de Madrid. Un día después, BBVA cerraba también otra operación con sus principales oficinas. El resto de las entidades financieras siguieron sus pasos.