La filial española producirá 216.000 coches en 2007, un 5% más que el año pasadobarcelona. Octubre de 2006, faltan dos días para las elecciones autonómicas catalanas y el equipo del candidato a la Generalitat y ex ministro de Industria, José Montilla, filtra que Nissan se está planteando la construcción de una nueva fábrica en las inmediaciones del municipio barcelonés de Igualada. La inversión prevista es de 400 millones de euros. Un día después, la dirección mundial de Nissan desmiente la noticia. ¿Qué ocurrió?Ayer el vicepresidente ejecutivo de Nissan en España, José Vicente de los Mozos, hizo una crítica de la nula discreción de algunos políticos ávidos de votos y aseguró que ese tipo de posturas "nos han hecho perder un proyecto muy importante".La intervención de De Los Mozos en la Cámara de Comercio de Barcelona fue políticamente incorrecta pero llena de sentido común. El vicepresidente de Nissan criticó que desde la administración "se hagan muchos observatorios del automóvil y se actúe muy poco"; que se "hable mucho de I+D de producto y poco de I+D de procesos, cuando en realidad el desarrollo de los automóviles no se realiza en España" y que se "penalice con impuestos al sector de los 4x4", cuando luego la administración habla de fabricar menos coches pequeños y medianos para conseguir productos de mayor valor añadido.Tras las críticas, De los Mozos aseguró que el futuro de las plantas españolas depende del poder de convicción que tengan las filiales españolas en la sede central de sus matrices. "Hay que ir y presentar proyectos diferentes, unos salen y otros no, pero hay que estar ahí con ideas y unos costes competitivos", señaló. Con esa táctica, Nissan ha aumentado sus plantilla en 1.500 personas durante los tres últimos años y casi ha duplicado su producción. Este año, la fábrica de Barcelona producirá 216.000 unidades, un 5 por ciento más.