NUEVA YORK. En plena celebración del Salón del Automóvil de Ginebra, el consejero delegado de General Motors, Rick Wagoner, no dudó en reconocer durante una entrevista con The Wall Street Journal que no cree que vayan a producirse fusiones con gran repercusión dentro de la industria, mientras que auguraba que los fabricantes estadounidenses no encontrarán una salida a corto plazo de la crisis en la que se encuentran sumidos."Las automovilísticas norteamericanas cuentan con suficientes plantas para producir más vehículos de los que puede vender, por lo menos durante la próxima década", explicaba Wagoner. "¿Qué es lo que va a provocar que esto desaparezca inmediatamente?", se preguntaba.Ante la presión por la salvaje competencia y el exceso de inventario que se acumula en las entrañas del fabricante de coches más grande del mundo, el consejero delegado de GM afirmaba que "reducir la capacidad de producción es realmente difícil y, sobre todo, muy costoso". Además, no dudó en reconocer que lidiar con los sindicatos y las regulaciones gubernamentales hacen de este sector automovilístico "una industria con grandes barreras para entrar y grandes barreras para salir". Wagoner no quiso hacer declaraciones sobre los rumores que apuntan a que GM podría estar interesado en hacerse con su compatriota Chrysler. Para los analistas este pacto ayudaría a GM a eliminar un competidor.Fuera del mercado automovilístico, el consejero delegado también reconoció que su ex unidad financiera GMAC salió escaldada por otorgar prestamos a clientes de alto riesgo. Hay que recordar que el enfriamiento del mercado inmobiliario ha provocado la falta de pagos de compañías que suministran las conocidas como "hipotecas basura", un área en que parte de GMAC hacía negocio.Respecto al coste de seguridad social y gastos de seguros médicos para los trabajadores de la industria, el gran problema de los fabricantes norteamericanos, Wagoner señaló que "la economía de EEUU tiene un gran problema de competitividad debido a los costes sanitarios".