bruselas. La aerolínea española de bandera, Iberia, ganó ayer atractivos ante los ojos de sus pretendendientes. Según las reglas del tráfico aéreo entre Estados Unidos y Europa, si Iberia se fusiona con, por ejemplo, British Airways, perdería la nacionalidad española y los derechos a enlazar España y EE UU. Las mismas normas limitan las posibilidades de que Iberia despliegue alianzas con las aerolíneas estadounideses.Estas limitaciones podrían ser anuladas en los próximos meses si cuaja el principio de acuerdo alcanzado ayer en Bruselas por la Comisión Europea y el Gobierno norteamericano sobre un tema más global: liberalizar el mercado áereo transatlántico y crear los denominados cielos abiertos. El problema es que los preacuerdos alcanzados a lo largo de un lustro de negociaciones entre ambas orillas del Atlántico han ido sucesivamente a la papelera porque bien Londres se niega a permitir que las aerolíneas estadounidenses mejoren su acceso al aeropuerto de Heathrow, bien porque Washington se niega a que sus aerolíneas puedan ser compradas por las europeas.