El mago de las finanzas, de 76 años, quiere reclutar un joven director de inversionesnueva york. El gurú de las inversiones que ha capitaneado con un éxito sin precedentes su propia compañía, Berkshire Hathaway, desde 1956 con ayuda de cuatro familiares y tres amigos parece estar buscando sucesor. Al menos, así lo daba a entender en esa carta que todos los accionistas de la empresa esperan cada año como agua de mayo para determinar cuáles son las previsiones de este mago de las finanzas. Sin embargo, Warren Buffett, de 76 años de edad, sorprendía a propios y a extraños con una nueva revelación; está buscando al menos un joven director de inversiones que le facilite el traspaso de papeles en un futuro que no parece demasiado lejano. A Buffett siempre le ha gustado hacer llegar su informe anual y su misiva en fin de semana, a fin de evitar tambaleos en las acciones de su compañía que, por cierto, alcanza los 248.800 millones de dólares en participaciones. Además, así permite a todos sus inversores procesar la infinita cantidad de datos que incluyen los documentos. El problema es que este año, las fuertes exigencias de la Comisión de Mercados e Inversores de EEUU (SEC) se han impuesto a la buena voluntad de este energético anciano que firmaba con fecha de 28 de febrero sus reveladores profecías. Para evitar que el robusto estado de salud de la compañía se vea afectado por la jubilación de su magnífico monarca, Berkshire pretende dividir el actual puesto de Buffett en dos: por un lado contratará a un consejero delegado y por otro a un director financiero. Para el conocido como el "oráculo de Omaha", ciudad donde se asienta su empresa, la faceta de inversiones de la compañía será la más difícil de cubrir ya que todos los candidatos electos para el puesto rondan edade similares a la suya.