Solbes matizó al ministro de Industria y dice que decidirán los accionistas madrid. El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, tuvo que salir ayer a matizar las palabras del ministro de Industria, Joan Clos, a la Cadena Ser después de que éste asegurara que la llamada "solución española" tiene "más probabilidades" de salir adelante en Endesa que la opción representada por E.ON porque es "muy difícil" alcanzar la mayoría necesaria para levantar los blindajes.El ministro de Industria explicó que "probablemente se vaya a una determinada forma de pacto", aunque también ha insistido en que el Gobierno no quiere intervenir en la pugna por el control de Endesa. "No queremos intervenir y creemos que tienen que ser los accionistas los que encuentren sus propios acuerdos", dijo. En este sentido, indicó que es "muy difícil" contar con las mayorías requeridas para cambiar los estatutos de la eléctrica. Solbes primero y después el propio Ministerio de Industria con un comunicado explicaron que preferían que el centro de decisión de Endesa se quedara en España pero insistió en que la solución a la oferta pública de adquisición de E.ON corresponde al "mercado" y a los "agentes económicos".Acciona, primer accionista de Endesa con el 21,03 por ciento de su capital, aseguró que sigue confiando en lograr influencia en la gestión de la eléctrica. "No tenemos ningún plan porque nuestro plan es tener influencia en la gestión de Endesa", indicó el director general de Desarrollo Corporativo y adjunto a la Presidencia de Acciona, Juan Muro, preguntado sobre los planes de inversión del grupo en Endesa.Otro rumor que sonaba ayer en Madrid era la intención de EDF en entrar en Endesa mediante la compra de una participación. La compañía gala lo desmientió tajantemente.Por otro lado, el precio de la electricidad cambiará el próximo mes de julio basándose en el resultado de la primera subasta de electricidad que se celebre en España.El BOE publicó ayer la Orden que regula este nuevo sistema que servirá para fijar hasta el 60 por ciento de la tarifa eléctrica de último recurso, es decir, aquella para los consumidores domésticos que no quieran estar en el mercado libre. Una de sus primeras consecuencias es trasladar de los consumidores a los vendedores parte del riesgo.