nueva york. A Robbie Williams hay que concederle una cosa: tiene el don de la oportunidad. Pese a que ni siquiera apareció la semana pasada en los Brits a recoger el premio a la mejor actuación en directo, el cantante apareció en los titulares de la gran fiesta anual de la música pop británica. Su decisión de pasar su 33 cumpleaños ingresado en una clínica norteamericana de rehabilitación ha sido objeto de bromas del presentador de los Brits, Russell Brand, y le hizo acreedor de la comprensión de Joss Stone y el desprecio de Liam Gallagher. Eric Nicoli, el máximo responsable de EMI cuyo mandato de ocho años al frente de la empresa se encuentra estrechamente asociado con la historia de Williams, también dio muestras de su sentido de la oportunidad. Sólo una horas después de que las estrellas del rock y los ejecutivos del mundo de la música se reunieran el miércoles durante la cena de la gala en Londres, EMI publicó su última advertencia a la baja sobre beneficios, la segunda en dos meses. Según la empresa, el desplome de las ventas de CD en Estados Unidos había provocado "un nivel excepcionalmente alto de devolución de productos" por parte de los minoristas. Pese al éxito del nuevo disco de Norah Jones, la empresa prevé una disminución del 15 por ciento en las ventas de música durante el actual ejercicio económico. Hace sólo un mes, Nicoli pensaba que este retroceso no superaría el 6 por ciento. La noticia propició una nueva caída de las acciones de EMI y aumentó la presión sobre Nicoli, al que un accionista describió como "hombre muerto". Nicoli ocupó el cargo de presidente ejecutivo de EMI hasta el mes pasado, cuando renunció para convertirse en director general. Se le acusa de mostrar exceso de optimismo en repetidas ocasiones y de incapacidad para entender la magnitud del trauma existente en el sector al optar los consumidores por escuchar música digital en sus iPod y teléfonos móviles. Ventas de CD"No hay esperanza", manifestó Claire Enders, fundadora de la consultora de medios y telecomunicaciones Enders Analysis. "Las ventas de CD se habrán reducido a la mitad en 2010. Virgin, HMV, todas las empresas de música de EEUU, están redistribuyendo su espacio. Ahora todas venden teléfonos móviles. "El espacio total de venta al por menor que se perderá en 2006 y 2007 se sitúa en torno al 20 por ciento. De hecho, EMI no entiende el cambio que se está produciendo, que es muy, muy rápido". El pasado abril, EMI estaba de enhorabuena tras haber logrado el primer incremento en las ventas del grupo en cinco años y, en aquel momento, contemplaba la posibilidad de una fusión con Warner Music Group, algo que lleva años siendo objeto de consideración de manera intermitente. Nicoli todavía se mostraba optimista en julio al decirle a los accionistas: "Mantenemos la confianza respecto a las excelentes perspectivas de la industria de la música global a largo plazo, impulsada por la rápidamente creciente demanda de música digital. Pensamos que, en este ejercicio económico, la empresa volverá a ofrecer un sólido rendimiento, logrará sus objetivos financieros y hará buenos progresos". Pero estaba profundamente equivocado. En octubre, EMI advirtió de una caída del 3 por ciento en sus ventas del primer semestre. Además la compañía estuvo en boca de todos durante los Brits del miércoles pasado, pero siempre por motivos negativos. Nicoli, un gran aficionado a la música que suele disfrutar la gala, se pasó buena parte de su tiempo hablando por teléfono en su coche, intentando evitar a las hordas de periodistas presentes. En todo caso, no tenía gran cosa que celebrar. Ninguno de los artistas de EMI, la única gran empresa discográfica dirigida desde Gran Bretaña, obtuvo un premio. Pero Robbie Williams tiene ya suficiente de lo que preocuparse, aunque ejemplifica el problema al que se ha enfrentado tradicionalmente EMI en Estados Unidos, el mayor mercado musical del mundo. La empresa carece de un número suficiente de artistas del tipo adecuado. A pesar de lo enormemente conocido que es en el Reino Unido, el sentido del humor británico de Williams le ha impedido lograr un éxito sin paliativos en el mercado norteamericano, con ventas inferiores a un millón de ejemplares por álbum.El atribulado brazo norteamericano de EMI lleva tiempo siendo una "fuente de enorme debilidad", según responsables de la propia empresa. En palabras de uno en concreto, "la empresa ha sido incapaz, año tras año, de darle la vuelta a su negocio norteamericano. Sin Estados Unidos, es muy difícil tener éxito como compañía discográfica global".Con una cuota de mercado mundial de aproximadamente el 10 por ciento, EMI es mucho menor que las otras empresas discográficas importantes: Warner (15), Sony BMG (25,6) y Universal Music (31,7), según Nielsen Sound Scan. Eso significa que la rama norteamericana de la empresa, que incluye Capitol Records y Virgin Records America, tiene dificultades para hacer frente a sus gastos generales debido al menor nivel de sus ingresos. EMI contribuyó a agravar estos problemas al perderse el boom de la música "urbana" o hip-hop. Buena parte de la directiva de la empresa en Norteamérica procede de Capitol, que alcanzó notoriedad con cantantes melódicos como Frank Sinatra y Dean Martin, "lo menos parecido al hip-hop que se puede encontrar", según un ejecutivo.Nadie duda por un momento que el norteamericano es un mercado extraordinariamente difícil. La bancarrota de Tower Records el año pasado, el cierre de tiendas de Transworld y Circuit City y el crecimiento cada vez más rápido del gigante iPod/iTunes (actualmente el cuarto distribuidor de música norteamericano en tamaño) han afectado gravemente a la venta de la música en general y del CD.