Universidad, política y finanzas, las tres mujeres de su vida profesional. Ahora repite con la últimaMadrid. Y de repente escuchó: "Todos al suelo". Era el 23-F. Aquel diputado gallego de UCD que estaba hace 25 años en el Congreso es el presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y, aunque no le gusta hablar del intento de golpe de Estado de Tejero, recuerda que lo vivió sin demasiado nerviosismo. "El momento en el que más me inquieté fue cuando un guardia civil leyó un comunicado que nada tenía que ver con lo que estaba sucediendo. Si él estaba nervioso, alguna razón habría...", pensó Juan Ramón Quintás. Aunque mucho ha llovido desde entonces y la experiencia es un grado, Quintás todavía tiene capacidad para sorprenderse y, según el momento, asustarse. Algo que hoy no le ocurrirá. Sabe que no tendrá contrincantes en las elecciones que celebra el Consejo de Administración de la CECA para elegir al presidente. Aunque en otros momentos, la sombra del PSOE fue muy alargada y amenazó con presentar un rival. Una situación que Quintás capeó a la gallega, como su propio origen...De hecho, los que bien le conocen aseguran que, tanto en el carácter como en la forma de actuar, Quintás no puede disimular sus raíces coruñesas. También en lo gastronómico, aunque en el último año, y por cuestiones dietéticas, ha tenido que prescindir de muchos manjares del norte español. El presidente de la CECA también puede hacer gala de ser un buen Leo. Su vitalidad y ambición le han llevado a tener un papel destacado en la política, la educación y las finanzas. Además de haber vivido el 23-F, ha sido el catedrático de Teoría Económica más joven de la Universidad de Santiago de Compostela. Y sorprendió con sus tablas input-output de la economía gallega, que fijan la balanza real de los ingresos y gastos de esta comunidad. Toda una joya de la corona en su currículum. Su paso por las universidades de Santiago de Compostela y A Coruña lo alternó con su primer trabajo financiero: director general adjunto de Caixa Galicia. Aquí trabajó mano a mano con su amigo e histórico director general de la caja, José Luis Méndez. Tras la experiencia gallega, su brújula le orientó al interior de España. Una lección que no le supuso mucho trabajo porque su vida familiar ya estaba encauzada. Sus dos hijos tenían claro que seguirían los pasos profesionales del padre: su hija se quedó en el Banco Pastor y el hijo fue a Londres a un banco de inversión. Hace un año, en unas jornadas financieras, Quintás abandonó la mesa porque esperaba una buena noticia: el nacimiento de su segundo nieto. Ahora, con 62 años y con el reconocimiento de casi todas las cajas a su labor, Quintás se enfrenta a su segundo mandato en la CECA. Sus seguidores aplauden el papel que jugó en las negociaciones con el Gobierno del PP de la Ley Financiera y de Transparencia, con gran influencia para las cajas. También, le reconocen su defensa a ultranza del sector de ahorro. En el otro lado del ring, los detractores critican su excesivo protagonismo como imagen de las cajas de ahorros, que abarque el puesto de presidente y director general de la patronal y que no haya dejado el consejo de Endesa tras la opa de Gas Natural. Se sabe protegido por el PSOE, gracias a la buena amistad que le une con algún dirigente socialista. Algo que se dejará ver en su segundo mandato. Al igual que el 23-F, pero por motivos muy distintos, el 17-M será otra fecha clave en su historia.