La entidad, que recorta el 32,1% su beneficio en nueve meses, prevé una morosidad inferior al 5,5% a final de añoMADRID. No es su prioridad, pero Banco Popular estará atento a la reestructuración del sistema financiero para "ocupar el hueco que otros dejan". El director general Corporativo y Financiero de la entidad, Jacobo González-Robatto, sacaba pecho ayer tras presentar unas cuentas de las que queda un sabor agridulce, ya que mientras que se refuerza la solvencia y la liquidez, las cuentas arrojan un caída del beneficio del 32,1 por ciento. Pero no es nada dramático, con un beneficio de 651,1 millones de euros la entidad, lastrada por el aumento de provisiones, prevé cerrar el ejercicio con un crecimiento del resultado del 10 por ciento y con una tasa de morosidad que en el peor de los escenarios se situará por debajo del 5,5 por ciento. El fuerte incremento de las provisiones durante los nueve primeros meses del año, que ya se sitúa en los 1.223 millones de euros, desenfocan una fotografía en la que las ganancias habrían sido de 734 millones y el beneficio tan solo habría caído el 6 por ciento. González-Robatto se felicitó, no obstante, del menor ritmo de crecimiento de la morosidad que se situó en el 4,63 por ciento hasta septiembre, eso sí, el doble que un año antes. De esta forma, entre julio y septiembre entraron en mora créditos por valor de 557 millones de euros, por debajo de los 882 millones que lo hicieron en el segundo trimestre y de los 1.502 millones del primero. La interpretación de González-Robatto es que lo peor ya podría haber pasado y para ello también se apoya en el crecimiento en volumen de negocio de la entidad "cuando otros se estancan" -apostilla- beneficiándose, entre otras cosas, de la mala situación que atraviesan las cajas de ahorros, muchas de las cuales tienen problemas de capital, dijo el ejecutivo, aunque admitió que esto es "más una deducción" que un cálculo.