Arranca la vista por la 'marea negra' del petrolero Erika y mañana De Margerie sucede a Desmarest como presidente paris. Como regalo de bienvenida, Christophe de Margerie habría preferido otro. El sucesor de Thierry Desmarest al frente de Total será designado oficialmente mañana miércoles, dos días después del comienzo del juicio por la marea negra provocada en 1999 por el naufragio de uno de los barcos fletados por el grupo petrolero, el Erika. El petrolero Erika, de bandera maltesa, se hundió el 12 de diciembre de 1999 frente a las costas de Gran Bretaña tras cuatro días de agonía. Unas 20.000 toneladas de fuel de las 31.000 que transportaba el buque fueron arrojadas al mar y contaminaron 400 kilómetros de costas francesas. El Tribunal Correccional de París se esfuerza desde ayer por desentrañar las responsabilidades de la catástrofe en un macrojuicio de cuatro meses, cuya organización costará 600.000 euros. Además de Total han sido inculpadas otras doce personas físicas y morales, entre ellas el propietario y el capitán del navío, la empresa de certificación Rina, así como varios militares y un civil que dirigieron las operaciones de rescate.Valoración de los dañosEl grupo petrolero francés alega que desconocía el deteriorado estado del Erika e invirtió en su día 200 millones de euros en la limpieza del vertido y en el bombeo del resto de la carga. El FIPOL (Fondo Internacional de Indemnización de Daños debidos a la Contaminación por Hidrocarburos) ha repartido más de 128 millones de euros entre 5.665 demandantes.Pero el Estado francés, varias regiones y asociaciones han valorado en más de mil millones de euros los daños ocasionados por el siniestro marítimo y sus reclamaciones se verán alentadas sin duda por los resultados que Total anunciará mañana miércoles. El grupo, que ocupa el cuarto puesto en el ranking mundial del sector, ganó más de 12.000 millones de euros en 2005 y se espera que los beneficios del ejercicio pasado sean similares.El juicio del Erika es el primero por una catástrofe ecológica de gran magnitud que llega a los tribunales franceses y, en plena campaña electoral, corre el riesgo de teñirse de política. La defensa del medio ambiente se ha convertido en uno de los temas más populares y tres candidatos a la jefatura del Estado, dos ecologistas y un "soberanista" de derechas, se invitaron ayer al proceso.