Acciona, ACS, Comsa, FCC y OHL están interesadas en construir y mantener la obraEl Trasandino, que unirá Chile y Argentina, será una de las arterias comerciales de Mercosurmadrid. En 1910, el Ferrocarril Trasandino Central hizo su primer viaje entre Mendoza (Argentina) y Los Andes (Chile). Casi un siglo después, este viejo tren, que dejó de operar hace más de 20 años, ha vuelto a engranar su maquinaria para volver a cruzar la mayor cordillera de Latinoamérica. Un ambicioso proyecto que ha llamado la atención de las grandes constructoras españolas.ACS, Acciona, Comsa, FCC y OHL están interesadas en reconstruir esta arteria ferroviaria, según ha podido confirmar elEconomista. Para conseguirlo, todas ellas han adquirido las bases del licitación del concurso. Dentro de dos meses deberán presentar las ofertas oficiales. A partir de ahí, la suerte está echada.El ganador rehabilitará y construirá 225 kilómetros de trayecto ferroviario entre Argentina y Chile, a través de Los Andes. Un contrato valorado en 300 millones de dólares (230 millones de euros), que incluirá la obra de varios túneles y la remodelación de las estaciones.Además, se creará una sociedad concesionaria que se hará cargo de la operación, mantenimiento y explotación del servicio ferroviario durante un plazo mínimo de diez años, aunque fuentes de las compañías interesadas aseguran que la duración de este contrato oscilará entre 25 y 30 años. Esta sociedad también se hará cargo de varias áreas comerciales, según contemplan los pliegos del concurso, y a cambio percibirá un canon anual.Pero las constructoras españolas no están solas en este concurso. Según la prensa chilena, catorce grupos se han interesado por esta obra y han adquirido las bases de licitación. Entre ellos destaca la compañía alemana Man Ferrostaal y la japonesa Marubeni.Pulmón económicoAdemás del interés económico del proyecto, este concurso destaca por la importancia estratégica que tiene para las economías de Argentina y Chile.El Trasandino Central se convertirá en una de las principales arterias de Mercosur, el área de libre comercio creada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; y que tiene como países asociados a Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.Además, la progresiva recuperación económica de Argentina ha despertado el interés del Gobierno de Michelle Bachellet por acelerar las obras del Trasandino Central, ya que este ferrocarril permitirá multiplicar el tráfico de mercancías con Chile, la economía más estable de todo el subcontinente; hasta el punto de permitir el transporte de cuatro millones de toneladas al año desde la ciudad de Mendoza hasta Los Andes.Sin embargo, el proyecto ya parte con retraso. Inicialmente, estaba previsto que los candidatos presentaran sus ofertas el 21 de febrero, es decir, la próxima semana. Un calendario que se ha retrasado, según fuentes implicadas en el concurso, por la avalancha de compañías interesadas en conocer las características del contrato.El nuevo calendario contempla la adjudicación del proyecto para el próximo verano; mientras que la puesta en marcha del ferrocarril se prevé para dentro de dos años.Luces y sombras A pesar de la importancia estratégica del Trasandino Central y del interés que ha despertado entre las constructoras españolas, este proyecto también levanta algunas dudas, derivadas del hecho de que haya dos administraciones al frente: la argentina y la chilena.Algunas compañías españolas reconoce que la bilateralidad del proyecto puede despertar algunas inseguridades jurídicas, pero también admiten que su importancia estratégica y económica le convierten en uno de los proyectos más importantes que, actualmente, hay en Latinoamérica.El grupo Comsa, por ejemplo, admite que esta obra figura en su lista de preferencias en la región por varios motivos. Por una parte, el negocio ferroviario forma parte de su core business. Por otro lado, la compañía catalana cuenta con dos filiales en Latinoamérica, precisamente en Chile y Argentina, los países que unirá el Ferrocarril Trasandino Central.