Alfonso Gallardo creará una fundación para perpetuar su imperio madrid. El secreto mejor guardado de Alfonso Gallardo, el empresario extremeño propietario de un grupo que factura 1.600 millones de euros al año, no es su fortuna personal, ni tampoco el trazado del oleoducto que transportará crudo desde su refinería de Badajoz hasta Huelva. El millonario nacido en Jerez de los Caballeros (Badajoz) "quiere perpetuar su imperio siderúrgico y energético a través de la creación de una fundación", aseguran fuentes cercanas a Gallardo.El empresario que comenzó su carrera empresarial recogiendo chatarra tiene a sus más de setenta años una salud de hierro, pero sabe que su gestión no va a ser eterna. Pese a su feliz matrimonio con su esposa Teresa no han tenido hijos y la descendencia más cercana son sus sobrinos. Un par de ellos trabajan en el grupo Alfonso Gallardo y el resto se dedican a actividades que nada tienen que ver con el negocio.Además, su vinculación familiar le ha dado más problemas que ventajas en su negocio, ya que uno de sus sobrinos no relacionados con el grupo, Francisco Fuentes, es un alto cargo del PSOE en la Junta de Extremadura, una relación que siempre ha sido malinterpretada por sus enemigos.Sus detractores también le han criticado en muchas ocasiones por sus excelentes relaciones con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de la Junta de Extremadura, que ha sido uno de los baluartes de Gallardo en su proyecto de refinería, donde participa con un 20 por ciento a través de Sofiex (Sociedad de Fomento Industrial de Extremadura). Gestion muy personal Para acabar con este tipo de rumores y después de más de cuatro décadas llevando personalmente la gestión de su compañía, Alfonso Gallardo ya le ha transmitido a sus más allegados que no quiere que su filosofía empresarial se pierda cuando fallezca. Su manera de llevar los negocios habla por sí sola de su implicación en la empresa. Algunos empleados le ven ya a las siete de la mañana dando vueltas por la fábrica y maquinando nuevas ideas para conseguir más productividad.Con este perfil, a nadie le extraña su apuesta por la fundación. "Es una cuestión que siempre ha estado ahí pero que el presidente lleva de manera muy privada", explica alguien que bien le conoce. El proyecto no está cerrado pero Gallardo no quiere dilatarse mucho en el tiempo... eso sí, en un absoluto secreto. Este periódico se puso en contacto con un portavoz oficial de la compañía, que no quiso hacer ningún comentario al respecto.La verdad es que el peculiar terreno de las fundaciones no le pilla muy de lejos al empresario extremeño. De hecho, su holding empresarial ya colabora en actividades propias del mecenazgo, como es el caso de una cátedra de patrocinio que financia el grupo Alfonso Gallardo en la Universidad de Extremadura para el profesorado, los trabajos de investigación y la formación. También ha firmado convenios para que los alumnos universitarios, y algunos de formación profesional, hagan prácticas en sus fábricas.Pero el grupo Alfonso Gallardo quiere dar un paso más allá. Con la creación de una fundación, el empresario extremeño puede dejar las directrices que debe seguir el patrimonio que ha conseguido con la explotación de su docena de empresas. Así, la fundación debe de ser regida por las personas que Gallardo decida por lo que los sucesivos patronos se elegirán siempre teniendo en cuenta los criterios que en su día establezca el empresario extremeño en los estatutos.Fórmula secretaPocos saben cómo quiere concretar la constitución de la fundación, porque hay muchas alternativas. Lo único que está claro es que el dinero lo quiere utilizar para promocionar su tierra, "a la que tanto quiere y de la que tanto presume a pesar de los problemas que ha tenido con proyectos como la refinería", explican las mismas fuentes. Él no entiende esta actitud: "Los extremeños se han tenido que ir durante décadas fuera de su pueblo para buscar trabajo en zonas más industrializadas. Ahora tienen la oportunidad de quedarse", responde a quien le quiere escuchar.