El negocio de 'acondicionar' pistas de esquí mueve 300 millones de euros al añomilán. En Krasnojarsk, la tercera ciudad más importante de Siberia, las temperaturas alcanzan los 10 grados bajo cero y, en el Fun Park de Bobrovy Log, las pistas están en óptimas condiciones. Aquí el frío no escasea, pero las precipitaciones de nieve, sí. Sin embargo, esta carencia se remedia con un toque made in Italy. Y es que hace un tiempo al corazón helado de Siberia llegó la TechnoAlpin de Bolzano (líder mundial del sector) para poner en marcha una fábrica de nieve programada. Además, otras fábricas del estilo están siendo utilizadas en áreas frías, como Finlandia o la Tierra del Fuego.Este año, incluso en los Alpes se están fabricando decenas de miles de metros cúbicos de nieve artificial (que en la jerga del sector se llama nieve técnica o programada), con un coste de uno a dos euros el metro cúbico.La puesta en marcha de las fábricas para la producción de nieve programada es un mercado que en todo el mundo alcanza los 300 millones de dólares y en el que las empresas italianas cosechan grandes éxitos. El presupuesto para este año de TechnoAlpin (que tiene 160 empleados, siete filiales extendidas por el mundo y dos centros de investigación) es de más de 75 millones de euros, frente a los 65 millones de 2006. "En los últimos siete años hemos registrado un incremento medio anual del 27 por ciento en los beneficios", asegura el consejero delegado de la compañía, Erich Gummerer.El invierno actual, que está siendo bastante anómalo en comparación con otros, hizo llegar a los fabricantes italianos muchas peticiones. La semana pasada, por ejemplo, el distrito de Kitzbühel (en Austria) y el área del Paso del Tonale se dirigieron a la Snowstar de Brescia para disponer de reservas de nieve. "Hoy, nuestra cartera de pedidos cubre el 40 por ciento del presupuesto de 2007. Este año, el objetivo es una facturación de 27,5 millones, con un aumento del 20 por ciento respecto al 2006", subraya el presidente de Snowstar, Sergio Lima.Este año, los que disponen de instalaciones de nieve programada se han visto obligados a utilizarlas a pleno rendimiento. "En la temporada 2006, los cañones trabajaron durante 600 horas, pero este año estamos ya en torno a las 750-800 horas, y quizás lleguemos a las 1.000 horas", afirma el responsable de la preparación de las pistas de San Cassiano (en la Alda Badia), Carlo Cannins. "Este invierno nuestros 800 cañones han trabajado durante casi 700 horas y, de ellas, sólo 120 con condiciones meteorológicas óptimas", subraya Giovanni Brazo, presidente del distrito.Ahora bien, la compra de unas instalaciones de nieve artificial está muy condicionada por el factor meteorológico. En condiciones ideales, con 5 grados bajo cero y una humedad del 50-60 por ciento, con un metro cúbico de agua se consiguen entre 2,5 y 2,7 metros cúbicos de nieve programada, pero con el aumento de la temperatura el rendimiento desciende hasta los 1,7 metros cúbicos. Además, cuanto más pura es el agua, mejor es la calidad de la nieve que se obtiene.Balsas hídricasPara crear nieve se pueden utilizar cañones que cuestan de 25.000 a 40.000 euros cada uno, dependiendo de la potencia y del rendimiento, o sistemas de alta presión con precios que varían de 12.000 a 14.000 euros. Cada kilómetro requiere 10 cañones o 20 sistemas de alta presión, y los costes suben por las balsas hídricas (donde se estanca el agua), las redes de entubación, las bombas que conducen la nieve a las pistas y la energía eléctrica necesaria para todo el proceso. ¿Resultado? En el distrito Dolomitas Superski (con 1.000 kilómetros de pistas), la pasada temporada se gastaron 20 millones sólo en nieve programada.