El empresario tuvo que responder del contrato de la mitad de su flota con sus activos hotelerosTiene pendiente el pago del leasing de un 'A330' y su dueño le podría exigir más de siete millonesmadrid. La aventura de Air Madrid le puede costar muy caro a José Luis Carrillo. Además del importe del traslado de los pasajeros que dejó en tierra -que el Ministerio de Fomento cifra en más de seis millones de euros- y de las sanciones que le impondrán, Carrillo podría hacer frente a otras nuevas deudas que no ha resuelto con algunos de sus proveedores."El empresario almeriense avaló la mitad de su flota de aviones con su patrimonio hotelero", aseguran fuentes cercanas a Air Madrid. Estos activos están valorados en más de 170 millones de euros y se gestionan a través de la sociedad Optursa Management. Carrillo firmó un contrato de alquiler bastante inusual para incorporar cuatro aparatos (A310, A340 y dos A330). Lo normal en estos casos es dejar un depósito por tres meses de arrendamiento, que en un avión mediano podría alcanzar 1,2 millones de euros: 400.000 euros al mes. Pero en esta ocasión puso su imperio turístico como aval y ahora la operación se puede complicar.Tras anunciar el cese de las actividades, José Luis Carrillo intentó zanjar las deudas más conflictivas y urgentes con el dinero que tenía Air Madrid. La aerolínea asegura que realizó una inyección de capital de 22,8 millones de euros hasta el 15 de diciembre de 2006 (día de la suspensión de actividades) y otra superior a siete millones hasta el 31 de diciembre. Gracias a esas cantidades pudo liquidar con urgencia los alquileres de leasing que tenía con empresas como ILFC.Dinero depositado"Por norma general, los lessores (empresas de leasing) buscan otra empresa a la que alquilar los aviones y le piden un finiquito a la aerolínea que incumple el contrato. Esta liquidación coincide con el importe de tres meses de señal que deposita de antemano la compañía aérea", señalan las mismas fuentes. La razón de estos acuerdos es que los lessores no se pueden permitir el lujo de tener aviones tan caros parados y como en el mercado hay mucha demanda no tienen problemas en encontrar nuevos clientes en pocos días.Pero Air Madrid no pudo finiquitar el alquiler de todos los aviones. La empresa norteamericana AWAS no quiso cancelar el contrato del Airbus A330-300 que cedió en leasing a la compañía de bajo coste. Carrillo tiene que seguir pagando casi medio millón de euros al mes hasta que se acabe el plazo de tres años por el que alquiló los aviones. Como la operación se firmó en marzo de 2005, todavía le debe quince meses. O lo que es lo mismo: le tendría que pagar más de siete millones de euros.Si no abona esa cantidad, AWAS podría ir contra el patrimonio de José Luis Carrillo, como establece el contrato. Según las cuentas de Optursa Management del 2005, depositadas en el Registro Mercantil de Mallorca, el holding está compuesto en España por 23 sociedades (ver cuadro) dedicadas al negocio hotelero y turístico. Algunas de ellas tienen una antigüedad de más de 40 años.Para algunos expertos consultados, una de las razones de José Luis Carrillo para anunciar el cese de actividades un día antes de que el Ministerio de Fomento anunciara la suspensión de la licencia de vuelo de la compañía es, precisamente, "tomar la delantera para liquidar deudas tan problemáticas como el alquiler de esos cuatro aviones".De hecho, fue la propia Air Madrid la que siguió llevando la iniciativa y solicitó el concurso de acreedores voluntario (antes conocido como suspensión de pagos) el 21 de diciembre.Pese a que algunos deudores pidieron el concurso necesario, que hubiera obligado a la compañía a realizar una liquidación inmediata, el juez decidió finalmente declararlo voluntario. Este matiz es esencial porque José Luis Carrillo sigue manteniendo la gestión del patrimonio de la compañía. Eso sí, bajo la supervisión y autorización de tres administradores concursales nombrados por el propio juez.De esta manera, Carrillo puede seguir resolviendo los flecos que más le preocupan y uno de los que le quita el sueño es, precisamente, la posibilidad de que AWAS vaya contra su patrimonio por la deuda del alquiler del avión.Fuentes de la compañía consultadas por este periódico reconocen que "el avión propiedad de AWAS es el único que queda por resolver el contrato de leasing". Preguntados por los motivos aseguran que "se está retrasando la liquidación por problemas en el papeleo". Un alto ejecutivo de otra aerolínea quita hierro al asunto. "Si AWAS consigue colocar el avión a otra compañía aérea acabará liquidando el contrato con Air Madrid. El problema llegaría si no puede volver a alquilarlo", asegura.