El grupo ve esfumarse 5.000 millones, al cancelarse su corredor de transportesmadrid. Llevaba meses con la espada de Damocles en la cabeza y, al final, se la han cortado: definitivamente, el Corredor de Transportes TTC-35 de Texas no verá la luz. La noticia, publicada por elEconomista en enero, fue confirmada ayer por las autoridades del Estado norteamericano, que han decidido cancelar este polémico proyecto por motivos medioambientales cinco años después de habérselo adjudicado a Cintra. La filial de autopistas de Ferrovial tenía depositados en este contrato gran parte de sus planes de crecimiento en Estados Unidos, uno de sus mercados estratégicos. Lógico, cuando se recuerda que este corredor prácticamente garantizaba a la compañía española una cartera de proyectos valorada en 7.299 millones de dólares (5.000 millones de euros), según los cálculos que hizo la misma Cintra cuando le adjudicaron el corredor. El contrato del año Cuando Cintra se hizo con el corredor texano se convirtió en socio estratégico del Estado de Texas en todo el desarrollo del plan de infraestructuras entre la frontera de México, en el Bajo Río Grande, hasta las proximidades de Oklahoma, en el norte de Dallas. Aunque este contrato de asesoramiento significaba el reconocimiento definitivo de Cintra en Estados Unidos, desde un punto de vista puramente lucrativo, la guinda estaba en el derecho preferente que tenía sobre el resto de candidatos para llevar a cabo las autopistas que le interesaran. El grupo dirigido por Enrique Díaz-Rato tenía identificados quince proyectos para sí mismo, de los cuales cinco deberían haberse arrancado entre 2005 y 2010 (ver gráfico). Sin embargo, ni entonces, ni ahora, se han cumplido las previsiones del grupo de autopistas. Con la desaparición del corredor de transportes, la compañía española ha perdido tanto su contrato de asesoramiento como el derecho preferente que tenía. Como ha dejado escrito el comisario de Transportes de Texas, Bill Meadows, en el Ft Worth Star Telegraph: "Formalmente, el TTC-35 está absolutamente muerto. Nosotros hemos cancelado el contrato con Cintra y Zachry (socio estadounidense del grupo español en este contrato)". No obstante, como cualquier otra empresa, la filial del Ferrovial podrá acudir a los nuevos concursos de concesiones que convoque el Estado de Texas. De hecho, en los últimos meses, Cintra se ha llevado dos importantes contratos en la tierra de George Bush: la autopista North Tarrant Express, valorada en 2.000 millones de dólares y la LBJ-635, cuyos 27 kilómetros de longitud requieren una inversión de 4.000 millones de dólares. Estos dos proyectos, además, están en línea con el giro que han decidido dar las autoridades texanas. El planteamiento sobre el cual se diseñó el TTC-35 era el de potenciar las carreteras interurbanas, mientras que ahora se prefiere destinar los recursos a vías urbanas. Dos caras de una misma moneda, por la que Cintra está dispuesta a pelear en cualquiera de sus variantes. "En el futuro, esperamos seguir trabajando mano a mano con el estado y las autoridades locales en proyectos que ayudarán a dar soluciones para gestionar el tráfico, la seguridad y la calidad en el transporte para los ciudadanos de Texas", asegura Patrick Rhode, director general corporativo de Cintra en Estados Unidos. Inmersa en el proceso de fusión con Ferrovial, la cotización de Cintra parece inmune a estas noticias. Algo lógico, ya que en el mercado lo que impera ahora es la ecuación de canje. Una brújula que ayer llevó al grupo a subir un 1,60 por ciento, hasta 7,94 euros por título.