Singapur. La China surrealista vuelve a la carga. En un país que cuenta aún con 700 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día, surgen ahora, para celebrar San Valentín, ofertas exclusivas sólo para millonarios elegidos. La última, la de la cadena hotelera Shangri-la, que propone una noche mágica el próximo 14 de febrero en su hotel de Pudong, en el distrito financiero de Shanghai, al módico y casi pornográfico precio de 388.888 yuanes (40.000 euros) por una noche. Con esa cifra subliminal, repleta de números "ocho" que en China simbolizan la buena suerte y el dinero, el plan no tiene desperdicio. Aunque en el país asiático San Valentín no goza de tradición ninguna y ha sido importada por razones estrictamente comerciales, Shangri-la ha sabido conformar una oferta que encaja a la perfección con el nuevo rico chino. Por su parte, el hotel Ritz Carlton de Shanghai ofrece un paquete similar a 180.000 yuanes (18.000 euros). Nunca nos habían dicho que hubiese que gastar tanto en tan poco tiempo por conquistar a la chica, pero imagínese que se da el lujazo. Llegará al citado hotel de Shangri-la de Shanghai, junto al río Hunagpu, y le alojarán en una de las tres suites presidenciales que tiene el hotel. También le dirán que tiene a su entera disposición, durante su estancia, un Rolls Royce Phantom con chófer incluido. Entonces le subirán a su lujoso habitáculo, donde tendrá varios regalos: entre ellos, para abrir boca, un reloj de Cartier a elegir entre una selección. Además, para el caballero ofrecen también un bolígrafo edición limitada de Caran d'Ache y, para la dama, a escoger entre un anillo, un collar o un pendiente de Diamond o una maleta o bolso de Hermés, por supuesto edición limitada.Entonces les entra hambre. No hay problema, señor. En su suite, le servirán unos canapés de caviar, es de esperar que Beluga, y champagne Veuve Clicquot La Grande Dame Rose, muy de nuevo rico por cierto. También se ofrece comida japonesa. Luego quieren ponerse cómodos: ropa de baño personalizada y un masaje para dos, sin que la oferta del Shangri-la dé más detalles. Antes de los cócteles, ella podrá vestirse con ropa de la diseñadora Vera Wang. Y es que quizás empiece ya a anochecer y querrá estar irresistible para el momento lacrimógeno que se avecina: desde la terraza verá el cielo teñido por los fuegos artificiales y un mensaje lumínico de amor sobre los edificios al otro lado del río, todo personal e intransferible para ustedes dos. Ya sólo les quedará la velada en el exclusivo restaurante, con buenos caldos y un cuarteto musical en vivo amenizando el momento. Clientes 'premium'"Nuestro paquete de San Valentín para millonarios es el más exclusivo y lujoso de cuantos se ofrecen en Shan- ghai. Con el crecimiento económico chino, hay gente con mucho dinero dispuesta a gastarlo para llevar una vida lujosa. Así que, sin duda, hay un mercado potencial para este tipo de experiencia exclusiva. Creemos que hay muchos clientes potenciales", explica a elEconomista Lilian Zhang, responsable de comunicación del hotel Shangri-la de la ciudad china. La iniciativa de la cadena hotelera, por tanto, se ha enfocado hacia los clientes premium de su base de datos. "Nos dirigimos a una audiencia con dinero que quiera gastarlo y que, a la vez, sean románticos y les guste una vida de calidad", asegura Zhang.Para ello, cuenta con la complicidad de las marcas anteriormente citadas, cuyos precios "son más bajos que los que hay en el mercado", asegura. Con todo, Zhang reconoce que, por su alto coste, sólo esperan vender uno o dos paquetes como máximo en este San Valentín. La noche, a ese precio y entre tanta exclusividad promete, qué duda cabe. Pero tiene también un riesgo espantoso: suponiendo que quién paga el desfase es él -porque en China quienes pagan los lujos son siempre ellos-, imagínese que al final ella dice no. Vaya desastre.