La depreciación de los activos tiñe de rojo las cuentas de Realia, que flexibiliza su pasivo madrid. Una de cal y otra de arena. Es lo que ha recibido Realia al final del primer semestre. Por un lado, las cuentas de la inmobiliaria se han teñido de rojo por una depreciación del valor de sus propiedades. Por otro lado, la compañía ha firmado con sus entidades financieras un compromiso para reestructurar 1.021 millones de euros de deuda. En concreto, ha conseguido prorrogar el pago de ese importe hasta diciembre de 2012, además de una línea de financiación de 100 millones, gracias a sus dos principales socios, Caja Madrid y FCC. El acuerdo implica un plan dirigido al negocio residencial de Realia para los próximos tres ejercicios. En cuanto a los resultados, la compañía registró unas pérdidas de casi 40 millones por la provisión de 42 millones derivada de la caída del valor de sus activos en el mercado. Los ingresos cayeron un 40 por ciento ante el descenso de venta de viviendas. Aunque el negocio residencial se ha convertido en la oveja negra del grupo, el patrimonial ha pasado a ser el talismán del grupo, su facturación creció un 4 por ciento y Realia espera invertir 226 millones hasta 2010.