Científicos, ecologistas, políticos y expertos afirman que las reservas se acaban, su precio desestabiliza los mercados y su consumo tiene un precio muy alto para el planeta. Nos enfrentamos al reto de encontrar una energía que no contamine, sea asequible y garantice que el sistema continúe funcionando. Por Loles SilvaEl uso de las energías alternativas y renovables, podría poner a nuestro país como uno de los líderes mundiales en esta materia. Incluso, el presidente de EEUU, Barack Obama, considera a España como país ejemplo de inversión en energías renovables. De hecho el consumo de energía primaria previsto para 2016 provocará un crecimiento notable de las energías renovables, cuyo consumo aumentará del 7,6 por ciento actual al 16 por ciento en los próximos siete años, según las previsiones del Gobierno. El Ministerio de Industria apunta a que la evolución de la generación eléctrica entre 2008 y el 2020 se dará principalmente en el crecimiento destacado de la energía eólica marina y de la solar termoeléctrica. La principal fuente de estas energías será la eólica terrestre y bajará ligeramente la hidroeléctrica, aunque continuará siendo la segunda fuente principal. Si en 2008 un 19,7 por ciento de la energía se está generada por renovables, en el 2020 la cifra será del 41,3. Que las renovables funcionan es un hecho, en uno de los informes del observatorio de la asociación ecologista WWF se afirma que las energías renovables ahorraron al Estado 90 millones de euros en la factura de importación de gas sólo en el pasado mes de enero. Según datos del Observatorio de la electricidad de esta ONG, la apuesta por las energías verdes del sector eléctrico ha reducido sus emisiones de CO2 en un 14 por ciento ese mes. Heikki Willstedt, experto de WWF España en Energía y Cambio Climático, hizo hincapié en el "claro beneficio para reducir el déficit energético español" que aportan las renovables "en un momento de crisis económica como éste. La energía solar y eólica La solar está garantizada para los próximos 6.000 millones de años. España, por su privilegiada situación y climatología, se ve particularmente favorecida respecto al resto de los países de Europa, ya que sobre cada metro cuadrado de su suelo inciden al año unos 1.500 kilovatios-hora (Kw/h) de energía. Esta energía puede aprovecharse directamente o bien ser convertida en otras formas útiles como, por ejemplo, en electricidad. España se ha situando en el mercado como líder después de Alemania. Además, la aprobación del nuevo Código Técnico de Edificación, ha cambiado el panorama: obliga a la colocación de captadores solares y placas en los tejados de los nuevos edificios y casas que se construyan. Por su parte, la energía eólica es una de las más utilizadas por España y una gran alternativa. Cada Kw/h de electricidad generado por energía eólica en lugar de carbón, evita la emisión de un kilo de CO2 a la atmósfera. La energía eólica presenta ventajas frente a otras fuentes energéticas convencionales, ya procede indirectamente del sol, que calienta el aire y ocasiona el viento, se renueva de forma continua, es inagotable y limpia. No contamina y existe en todo el mundo. Además, cada vez es más barata a medida que avanzan sus progresos tecnológicos. Biocombustibles Se presentaron como la gran panacea para salvar al planeta de su dependencia del petróleo, pero cada vez son más los que consideran que afectan a garantizar la alimentación de millones de personas. El combustible que utiliza un solo vehículo necesita la misma cantidad de maíz que podría consumir una persona durante un año. En el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) se afirma que "los biocombustibles ofrecen oportunidades, pero también plantean riesgos. El resultado dependerá del contexto específico del país y de las políticas adoptadas", en opinión de Jacques Diouf, director general de la FAO. Otros muchos afirman que la elaboración de los biocarburantes de segunda generación es la opción más viable. De momento, hay que esperar, pero algunas empresas americanas, alemanas y australianas están invirtiendo en nuevas investigaciones y tecnologías que hagan de este proyecto algo viable, para que por fin la humanidad consiga un combustible ecológico al cien por cien. En el intento desesperado y casi bizantino por encontrar otras opciones, un grupo de científicos de Silicon Valley han modificado genéticamente una bacteria para que sus excrementos sean, literalmente, petróleo crudo. Este tipo de experimentos están suscitando mucha expectación, ya que en un futuro podríamos rellenar nuestros depósitos con estos microorganismos para que fuesen creando este petróleo renovable. Algunos ya lo han bautizado como Petróleo 2.0, y según afirman los investigadores no sólo será renovable, sino carbono negativo, es decir que el carbono que emite será menos que aquel que absorben naturalmente los materiales con que se fabrica. La energía de las olas La premisa actual de todos los gobiernos es buscar energías alternativas hasta debajo de las piedras. La última apuesta, la energía que generan las olas. Al parecer, la fuerza de las olas alberga todas las características necesarias para producir electricidad limpia. Y además los ecologistas no se muestran muy en contra. El gobierno ha incluido esta posibilidad dentro del Plan de renovables para 2011-2020. España es uno de los países que más costa tiene y esta energía sería una gran apuesta de futuro para nuestro país, tan dependiente en la actualidad del petróleo y del gas. Tres comunidades autónomas lideran la investigación. Cantabria, País Vasco y Galicia preparan ensayos de este tipo de electricidad, aunque todavía su instalación es demasiado costosa.