Ahora tocan inmigrantes, autónomos, comerciantes, universitarios y accionistas madrid. Hace justo un año, el 19 de enero, el Santander convulsionaba al mundo bancario suprimiento las comisiones por servicio -cuentas, transferencias, cheques...- a 2,2 millones de clientes. Quería ganar terreno, parte cedido con la fusión, y el riesgo estaba medido: dejaría de ingresar unos 82 millones de euros.La importancia del pulso se hizo evidente con la inmediata respuesta de la competencia. Sin haber pasado hoja en el calendario, Bancaja contaba cuántos de sus clientes estaban libres de tarifas y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) anunciaba una estrategia similar. Luego llegarían otras respuestas. Transcurridos doce meses, el Santander hace balance. Le salen las cuentas y vuelve a abrir brecha. No inventa. Seguirá con la comisión cero en transaccionalidad, pero se propone atrapar a un millón largo de clientes de otro cuño -captar 550.000 y vincular otros 525.000-. Universitarios, accionistas, autónomos, comercios, agricultores e inmigrantes se beneficiarán a partir de mañana del Queremos ser tu banco. Un conjunto de 648.000 personas y establecimientos que ya trabajan con el banco, de un colectivo de 9,75 millones de clientes potenciales en España. Es decir, eleva a 3,42 millones los usuarios libres de estos cargos, de los 8,03 millones a los que atiende sean o no beneficiarios de la estrategia en comisiones, a la que ha ido agregando descuentos en una docena de empresas.Basta ser estudiante con matrícula en cualquier universidad española, tener un mínimo de 500 acciones del banco o disponer de nómina domiciliada, hipotecas, planes de pensiones, subvenciones agrarias europeas o TPV's para comercios, autónomos, clientes agrarios o profesionales. En los primeros, el sacrificio en ingresos en mínimo, pero en accionistas ronda los 90 euros y supera los 130 en autónomos. La gran batalla se presenta en inmigrantes. Los que tengan la nómina, hipoteca o pensión exigida a cualquier particular, dejarán de pagar además por enviar dinero a sus países. "Queremos introducirnos rompiendo mercado", dijo ayer el director general del grupo responsable de la Banca Comercial, Enrique García Candelas. Ofensiva en remesasSe puede decir más alto, pero no más claro. Lo que está en juego es una actividad que movió 5.000 millones de euros en transferencias a otros países el pasado año y donde las remesadoras aplican una comisión de entre el 4 y 23 por ciento. Hoy los inmigrantes son 4,5 millones, pero se espera que roce los 6 millones en poco tiempo, convirtiéndose en el colectivo de mayor crecimiento potencial. El Santander atiende a unos 309.000, en su mayoría ecuatorianos, marroquíes y colombianos, pero su peso es exiguo. Tan sólo envió 90 millones de euros en 172.000 transacciones. ¿Qué compromete? Incluir a los nuevos clientes le costará 37,1 millones. Sumados a los 83,3 millones de la primera etapa del plan, la cifra de ingresos a la que renunciará cada año asciende a 120,4 millones. Pero salen las cuentas. Y es que la captación de clientes aumentó un 49,3 por ciento -sumó 466.000- y abandonaron el banco 251.000, frente a los 511.000 de un año antes. El Santander ha atajado el mayor descontento de la clientela: las comisiones y, entre los réditos, se ufana de subir un 113 por ciento las nóminas captadas, un 13 los clientes con hipotecas o el 29 por ciento con planes de pensiones. En definitiva, ataca los usuarios más rentables y que dejan margen con productos.