Ante ellos deberá responder el principal imputado, Peter Hartz, ex jefe de personal Berlín. Se trata del primer proceso judicial en el escándalo de corrupción, viajes de placer y fiestas con servicios sexuales a cargo de la compañía Volkswagen. Peter Hartz está acusado de haber favorecido de forma irregular a representantes sindicales. Hartz ha reconocido parte de las 44 imputaciones por malversación que pesan contra él. Según la Fiscalía encargada del caso, el que fuera responsable de recursos humanos permitió que el presidente del comité de empresa Klaus Volkert recibiera entre 1994 y 2005 un total de 1,95 millones de euros en concepto de bonificaciones irregulares. Además consintió el desvío de 400.000 euros destinados a la amante de Volkert, una mujer brasileña que además viajó en repetidas ocasiones a Alemania a cuenta de Volkswagen. Así se podría haber comprado el favor de los representantes de los trabajadores en el órgano de decisión de Volkswagen. El escándalo también incluyó detalles escabrosos, como visitas a burdeles y viajes de placer con reparto de viagras incluido. Pero éstos presuntos abusos no figuran entre las acusaciones de los investigadores, que decidieron centrarse en otros cargos. En todo caso el suceso le costó a Hartz el cargo en 2005 y también su reputación. Para el proceso en su contra sólo se han establecido dos días de vistas orales.Como jefe de personal Peter Hartz fue una pieza clave. Había logrado en los noventa la semana laboral de 28,8 horas en el consorcio automotriz. Una década después asesoró a su amigo Gerhard Schröder, entonces canciller alemán, y dio nombre a una reforma laboral que continúa en vigor. El juicio contra él será breve y no se espera una pena de las que se consideran ejemplares. La Audiencia Provincial de Braunschweig (norte de Alemania) ha fijado dos días para la celebración del proceso y la mayor parte de los analistas coinciden en que será condenado a un máximo de dos años, con fianza.