El supervisor forzó a la caja a incluir 197 millones en la rúbrica de los impagos tras una inspecciónLa entidad prevé un fuerte deterioro de su nivel de solvencia hasta 2011, según el test de estrésmadrid. El Banco de España obligó a Caja España a reformular sus cuentas de 2008, después de llevar a cabo una severa inspección, por la que le tuvo que clasificar créditos por valor de 197 millones como de dudoso cobro. Esta alteración modificó los resultados de la entidad castellana, ya que tuvo que realizar provisiones para hacer frente a esos posibles impagos, según ha podido saber este periódico. Fuentes de la caja indican que en el regulador que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez restan importancia a la inspección porque se trató de una operación ordinaria, que realiza cada dos o tres años. No obstante, sí indican que las consecuencias fueron negativas, ya que la contabilización de esos impagos adicionales supuso un aumento de las dotaciones para insolvencias y un menor resultado por las "mayores exigencias" ante la crisis. Caja España incluyó en sus cuentas, firmadas por el consejo de administración y el auditor, las peticiones hechas por el regulador antes del verano de 2008. Los cambios supusieron que la caída de los beneficios de la entidad se ampliara al 70 por ciento con respecto al ejercicio anterior, una de las más elevadas del sector. La caja ganó 44,3 millones de euros. Además, la contabilización de estos impagos incrementó la tasa de morosidad por encima del 6 por ciento, la segunda más elevada del sistema financiero. Las insolvencias crediticias de la entidad castellano-leonesa han aumentado en el primer trimestre de 2009 hasta el 7,5 por ciento, cifra sólo superada por Cajasur. Tras esta inspección, la Junta de Castilla y León se puso manos a la obra para llevar a cabo una integración de las cajas para fortalecer el sector en la región. El primer intento fue fallido y se consumó en febrero de este año, cuando diferentes entidades rechazaron el proyecto. La más beligerante fue Caja Círculo, cuyo consejo de administración se opuso de manera frontal. Caja España entonces no cayó en el desánimo y propuso a Caja Duero un plan de fusión. En la actualidad ambas están inmersas en un proyecto de integración. La consultora KPMG trabaja en la elaboración de un estudio para determinar la mejor fórmula y las consecuencias, tanto positivas como negativas, de su unión. La entidad con sede en León prevé una fuerte reducción de sus niveles de solvencia. Según sus cálculos del test de estrés realizado para el Banco de España espera que los recursos propios de primera categoría (Tier 1) bajen en los próximos dos años del 7,2 por ciento al 6 por ciento. Estas cifras incluyen la emisión de participaciones preferentes por importe de 150 millones del pasado marzo. Los expertos calculan que una solvencia asequible para esta crisis se sitúa por encima del 7 por ciento. Recortes de 'rating' Ante esta debilidad, Fitch rebajó a finales de mayo la calidad crediticia de Caja España. Ayer la agencia recortó el 'rating' a Caixa Terrassa como consecuencia del deterioro de la economía. No obstante, mantuvo las notas a Caixa Sabadell y Caja del Mediterráneo, aunque mantuvo la perspectiva negativa de ambas. Fitch considera, sin embargo, que los niveles de capital de estas cajas son adecuados, aunque señala como riesgo los impagos.