C omo finalmente se produzca la sustitución de González Adalid al frente de Enagás, el Gobierno cometerá la enésima tropelía en el sector energético. Ahora resulta que desde los medios de comunicación se nombran y cesan presidentes de empresas privada. El pecado cometido por González Adalid es ser un excelente gestor, que mantiene relaciones fluidas, con las administraciones públicas y que defiende los intereses de su empresa y de sus accionistas. Hasta aquí todo debería de ser normal… pero en estos tiempos que nos ha tocado vivir, eso es lo anormal. Tanto que desde los medios de comunicación afines te echan de tu trabajo. La bomba.Resulta que en las últimas semanas el actual presidente de la Generalidad, Montilla, han mantenido una guerra sorda para promover al sustituto. Finalmente dicen que ganan los medios de comunicación afines el candidato de Montilla. Catalán y de nombre Antonio Llardén. Consejero de Enagás pero, sobre todo, director general de recursos humanos de Gas Natural (accionista minoritario de Enagás con un 5 por ciento) y, a la sazón, vicepresidente de Caixa Cataluña, presidente de la patronal Sedigás y miembro con carné del PSC. Blanco y en botella que se dice...En Enagás no saben nada de un cambio. Ningún consejero ha mostrado malestar a su presidente por su gestión al frente de Enagás, y Antonio González Adalid no tiene entre sus objetivos inmediatos dimitir voluntariamente... Desde luego, no el 24 de enero, aunque veremos que pasa en febrero.Enagás es la principal transportista de gas. Garantiza la seguridad del suministro y la correcta coordinación entre los puntos de acceso, los almacenamientos, el transporte y la distribución en toda España. Cabría decir que González Adalid fue designado por el anterior gobierno, y, que ahora son los accionistas los que promueven su destitución, es verdad que con la colaboracion impagable de Montilla, quien tiene una irremediable obsesión con el control empresarial, aunque no es menos cierto que Llardén de quien es hombre, hombre de verdad, es de Serra. El lío está servido, ¿Sebastián ha perdido la batalla? ¿Será premonitorio?, y gana Montilla, el que fuera ministro de España y que ahora anuncia comisiones bilaterales entre la nación catalana y la española. De verdad, sentido común.