Fichará por Los Ángeles Galaxy, cobrará 195 millones en cinco años y mantendrá todos sus derechos de imagenmadrid. Cuatro años, miles de camisetas vendidas en todo el mundo y tan sólo una Supercopa en las vitrinas. Ese sería un rápido resumen de la trayectoria de David Beckham en el Real Madrid. El astro inglés despertó el interés por el club en Asia y disparó sus ingresos de marketing. Si en la temporada 2000-2001 facturaba por este concepto 39,1 millones de euros por la venta de camisetas y otros productos relacionados con el equipo, a raíz de la llegada a Beckham y tras una gira de Asia, los números se dispararon. En la primera temporada del inglés, la facturación por marketing alcanzó ya los 88 millones y en esta superará los 140 millones de euros.La grave crisis deportiva que atraviesa el club desde hace tiempo ha obligado al club a prescindir, sin embargo, de los galácticos. Beckham, que quería recuperar el cien por cien de los derechos de imagen en su nuevo contrato -tenía que renovar en junio-, ha acabado fichando por el equipo estadounidense de Los Ángeles Galaxy. Además de seguir la estela de su mujer Victoria, que quiere triunfar en Hollywood, ha hecho saltar a la banca americana. Cobrará 195 millones de euros en cinco años. Además de los 60 millones que le pagará el Galaxy mantendrá el control sobre el cien por cien de sus derechos de imagen.Los patrocinadoresEl problema es que a los patrocinadores no les salen ahora los números igual que antes. Beckham, que mantiene contratos de patrocinio con marcas como Gillette, Pepsi o Adidas, tiene unos ingresos anuales por este concepto de más de 18 millones de euros y se calcula que su fortuna personal supera los 125 millones. En 2004, en vísperas de la Copa de Europa, el centrocampista blanco firmó uno de los contratos de patrocinio deportivo más espectaculares del mundo con Gillette, una empresa propiedad de la multinacional estadounidense Procter & Gamble. ContratosEl acuerdo estipulaba que Beckham cobraría 60 millones de euros durante tres años para convertirse en su imagen global, protagonizando anuncios y cediendo todo tipo de derechos publicitarios, llegando incluso a grabar un spot con la cabeza afeitada. El acuerdo vence en abril, pero Gillette no tienen ninguna intención de renovarlo. Y mucho menos con Beckham en una ligar menor, como la norteamericana.