La cadena catalana confirmó ayer su salida de Valencia, Murcia y Andalucíamadrid. La puja por las tiendas de Caprabo en Levante y Andalucía ha comenzado. La cadena de supermercados catalana confirmó, tal y como adelantó ayer elEconomista, sus planes de desinversión. La compañía venderá un total de 67 tiendas: 56 en la Comunidad Valenciana, 5 de Murcia y 6 en Andalucía. Caprabó aseguró ayer que "prevé finalizar el proceso de desinversión en el segundo semestre de este año" y que una de las condiciones para el traspaso será que los trabajadores pueden mantener sus empleos con el nuevo propietario. ¿Y quién será? Eroski y Carrefour han comenzado ya a estudiar la operación. El primero para consolidar su red la costa levantina tras la ruptura de la alianza con la cooperativa valenciana Consum y el segundo para impulsar su cadena de supermercados Express, que está registrando un fuerte crecimiento. De momento, Eroski confirmó ayer "que estamos interesados en un número reducido de tiendas", mientras que Carrefour declinó hacer ningún comentario. Aunque se trata de tiendas competitivas, bien situadas y de gran tamaño, el principal problema con el que se encontrara Caprabo es que no es el único que ha decidido desinvertir. El grupo Dinosol, propietario de la cadena de supermercados Supersol, ha puesto también a la venta sus tiendas en en Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Cataluña para concentrarse en las que tiene en Canarias y Andalucía. La cooperativa valenciana de distribución alimentaria Consum compró ya 53 supermercados Supersol y dos plataformas logísticas en Cataluña, pero el resto está todavía en el aire. Carrefour, por ejemplo, está también interesado en esta operación, pero la desinversión de Caprabo puede variar sus planes iniciales.Todos son conscientes de que crecer demasiado rápido puede originar luego problemas. Es lo que l eha pasado a Caprabo y a Supersol y nadie quiere que la historia se repita. Con sus planes de venta, Caprabo pretende ahora alcanzar en 2008 unas ventas de 2.600 millones de euros -su facturación se eleva ahora a 2.408 millones- y volver, además, a ganar dinero. Sus planes son lograr un beneficio neto en torno a los 35 millones. La empresa cerró el último ejercicio con un resultado negativo de 32,5 millones de euros tras las dificultades para digerir sus últimas compras: la madrileña Alcosto, la valenciana Enaco y la navarra Nekea.