madrid. "Queremos que la industria textil española y las grandes cadenas de moda de este país se interesen por invertir en Argentina, como ya están haciendo algunas compañías italianas". Así de contundente se muestra Aldo Karagozian, presidente de la Fundación ProTejer, que agrupa a empresarios, colectivos de trabajadores y universitarios especializados en el mercado textil de este país sudamericano. Los máximos responsables del sector visitaron el pasado mes de noviembre España para intentar convencer a las empresas españolas de esta necesidad. Pero no se trata de una tarea nada fácil. Las grandes firmas, como Inditex, Mango o Cortefiel, prefieren apostar por su desarrollo en la Unión Europea y en el sudeste asiático.Inditex, la mayor cadena de moda española, tan sólo tiene por ejemplo seis tiendas en Argentina -todas ellas operan bajo la marca Zara- frente a las 19 por ejemplo que ha abierto ya en Brasil y, sobre todo, las 152 que tiene en México. El grupo, propietario además de Zara de cadenas como Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho y Zara Home, invertirá más de 5.000 millones de euros en su expansión durante los próximos cinco años para crecer, sobre todo, en el mercado internacional y abrir una media de 450 establecimientos al año. "Tres de cada cuatro se inaugurarán en los mercados internacionales", apuntó recientemente Pablo Isla, el consejero delegado de la compañía. Pero, ¿en qué mercados? Desde luego no en Argentina. Gran parte de su desarrollo, se basará en Europa y el área de Asia-Pacífico. Y peor es lo de Mango.La firma controlada por los hermanos Andik está presente en 83 países y se ha consolidado como la cadena de moda española con mayor proyección internacional. De hecho, tiene establecimientos en prácticamente todos los países sudamericanos, con una presencia destacada en mercados como Mexico, Brasil, Chile o Perú. Pero, hasta ahora, no ha abierto ningún establecimiento en Argentina. Parece que la crisis financiera sufrida a comienzos de esta década asustó a los posibles inversores. Y los conflictos entre España y Argentina tras la llegada a la presidencia del país sudamericano de Néstor Kirchner tampoco están ayudando demasiado. Muchas compañías españolas se muestran desconfiadas ante las reformas emprendidas por Argentina.