madrid. La suspensión de la licencia de vuelo de Air Madrid ha abierto muchos interrogantes. ¿Puede olvidarse una compañía aérea de obligaciones tan elementales como las medidas de seguridad y centrarse sólo en la rentabilidad?Parece que sí. En los últimos años se ha producido un curioso fenómeno. Muchos empresarios tradicionales han apostado por el negocio de la aviación. Y eso se nota. "No se puede pretender entrar en una aerolínea para ganar dinero al segundo año", asegura un experto aeronáutico.Pero, esto es lo que está ocurriendo. La llegada del bajo coste y las historias de fulgurante éxito de empresas como easyJet o Ryanair han llevado a pensar que todo el monte es orégano. "El planteamiento de José Luis Carrillo, presidente de Air Madrid, ha sido erróneo. No por mucho abrir rutas y captar clientes se asegura un buen negocio", explican desde el sector.La aerolínea se lanzó a una feroz apertura de destinos y frecuencias, y se olvido de cuestiones tan primordiales como las medidas de seguridad. Al principio era fácil tapar los desperfectos, pero al final la bola fue tan grande que acabó aplastando a la propia compañía.Una bola imparableAir Madrid fue deteriorando su gestión al mismo ritmo que incrementaba sus rutas, con el resultado que ya todo el mundo conoce. Pero ¿qué puede ocurrir con otras aerolíneas? Aunque España presume de tener una mayor seguridad aérea que otros países europeos, como Francia y Reino Unido, la batalla por ganar cuota de mercado podría pasar factura.De hecho, la ministra de Fomento reconocía en una comparecencia en el Congreso de los Diputados que este año ya han sido retenidos 103 aviones por no cumplir la normativa. Por hacer una comparación, a la sancionada Air Madrid se le pararon sólo seis aeronaves. ¿A quiénes se han retenido las restantes? Secreto absoluto.¿Puede ser la punta del iceberg? Tampoco nadie lo sabe. Uno de los mayores problemas de las aerolíneas es que su planes de vuelo son muy ajustados y, cuando llega un contratiempo, tienen que echar mano de aviones subcontratados. Pero el mercado cada vez está más saturado. Sirva como ejemplo el lanzamiento de Clickair, que pudo comenzar rápidamente gracias a que su flota provenía de aviones que Iberia había utilizado antes.Este recién estrenado 2007 promete ser movido en ese terreno. Mientras que los easyJet y Ryanair de turno pretenden hacerle la vida imposible, comercialmente hablando, a Iberia en el aeropuerto de Barajas; Spanair deberá poner en marcha su plan de crecimiento desde el aeropuerto de El Prat, con la dificultar de tener que competir, codo con codo, con Vueling y Clickair.Pero la batalla tendrá que ser limpia, sobre todo en cuestión de seguridad. Aviación Civil ya ha lanzado un aviso a navegantes con el cierre de Air Madrid. No van a dejar pasar ni una. De hecho, ya ha aumentado su cuerpo de técnicos cualificados para la revisión de aeronaves hasta los 181 profesionales.Dejando las cuestiones de la seguridad aparte, y volando hacia un panorama más internacional, también será un año en el que se conocerá al comprador de Alitalia y se verá, de una vez por todas, cómo la aerolínea de bandera transalpina sale de su constante crisis. También podría ser el momento para saber si British Airways sigue apostando por Iberia, como hasta ahora ha venido haciendo, controlando el 10 por ciento del capital de la compañía española, o si la relación de ambos socios comienza a enfriarse.Y ¿por qué no? Igual 2007 es recordado por el año en el que Iberia hizo una gran compra. Dinero y ganas no le faltan al grupo presidido por Fernando Conte. Y en Latinoamérica existe alguna perita en dulce que a más de uno le gustaría probar.Pero mientras que las aerolíneas se pegan por los pasajeros y por hacer la vida imposible a sus rivales, los fabricantes aeronáuticos se pelean por surtir a las compañías aéreas de sus mejores aviones. Si todo va según lo previsto y Airbus no sufre nuevos retrasos, Singapore Airlines será la primera aerolínea que podrá presumir de tener en su flota el A380, el avión comercial más grande del mundo, con capacidad para 555 pasajeros.Cuando eso ocurra, el gigante aeronáutico europeo arrebatará de manera simbólica la primacía a su rival norteamericano Boeing, aunque ya ha conseguido ganarla en aviones vendidos durante estos últimos años. El mítico Jumbo 747 ya no será el avión comercial más grande del mundo después de más de treinta años de servicio.