Iberia y Spanair prevén que sus vuelos entre Madrid y Barcelona se reduzcan un 40 por cientoQuieren mermar los tiempos de vuelo y embarque para competir con las dos horas y media del trenmadrid. Llega la hora de la verdad. En menos de un año, el AVE tardará dos horas y media en unir Madrid y Barcelona y las aerolíneas ya saben cuántos pasajeros van a perder. Iberia y Spanair se verán obligadas a retirar uno de cada tres aviones del mayor Puente Aéreo del mundo por culpa de un tren que alcanzará una velocidad punta de 350 kilómetros por hora. Si se cumplen las previsiones del Ministerio de Fomento, la infraestructura del AVE, que ahora llega hasta Tarragona, estará lista en el otoño de 2007. Después, y durante varias semanas, los trenes irán reduciendo tiempos de viaje hasta alcanzar las dos horas y media y pasarán a convertirse en rivales directos del avión. "El tren de alta velocidad nos arrebatará entre el 30 y el 40 por ciento de nuestra cuota de mercado en el Puente Aéreo", según los cálculos de un alto ejecutivo de Iberia. En Spanair son algo más optimistas. "Creemos que, para cuando el AVE esté en pleno funcionamiento, perderemos una cuota de mercado de entre el 25 y el 35 por ciento", señala un miembro de su cúpula directiva.Negocio para todosPese a este descenso inmediato de negocio, ambas compañías son optimistas porque creen que la llegada del tren aumentará el número total de viajeros. Es lo que los expertos llaman la demanda inducida. "Calculamos que crecerán entre un 5 y un 10 por ciento todos los años, por lo que la inicial caída de la clientela se compensará en pocos años", matizan desde Spanair. Iberia también se muestra tranquila ante la llegada del AVE: "El nuevo reparto va a permitir a nuestra compañía tener un tamaño suficiente para que el Puente Aéreo siga siendo un negocio muy rentable para el grupo".Aunque no es un caso comparable al cien por cien, Renfe y las aerolíneas han tenido muy en cuenta para hacer sus cálculos la evolución del AVE Madrid-Sevilla. Antes de la alta velocidad, el avión trasladaba a la ciudad hispalense el 80 por ciento de los viajeros y el tren, el 20 por ciento. Con los años, este porcentaje se dio la vuelta y ahora es el AVE el que transporta al 80 por ciento de los mismos.Quizá por esta comparativa, los ferrocarriles españoles son mucho más optimistas que las aerolíneas en sus estimaciones. "Esperamos conseguir con la alta velocidad entre Madrid y Barcelona la mitad del mercado, que puede superar los 15 millones de pasajeros en pocos años", explican desde Renfe.Una cifra muy optimista, que triplicaría la actual, si se tiene en cuenta que durante 2005, Iberia transportó 2,8 millones de pasajeros entre Madrid y Barcelona; Spanair, 1,2 millones; y Renfe 1,4 millones de pasajeros. En total, no llegan ni a cinco millones y medio de clientes. Aunque los datos de 2006 no están cerrados, la compañía presidida por Manuel Salgueiro ya anunció que esperaba como mínimo duplicar sus clientes en esta ruta.Y mientras las aerolíneas le dan vueltas a la cabeza al nuevo reparto del pastel, Renfe esconde como si fuera su mejor tesoro las rutas y frecuencias que tendrá el AVE Madrid-Barcelona. Como consuelo, no queda más remedio que volver a mirar a la capital andaluza. Sin contar los servicios de lanzadera, todos los días van y vuelven de Madrid a Sevilla una veintena de trenes, que en los horarios punta parten con una cadencia de media hora.Mejora del servicio Aunque las aerolíneas siguen sin reconocer públicamente que el AVE es un competidor directo, saben que un pasajero que sale de la estación de Atocha y que tarda dos horas y media en llegar a la de Sans, dos lugares bastante céntricos, es un cliente que tiene muchas posibilidades de coger el tren.La obsesión secreta de Iberia y Spanair es reducir los tiempos y mejorar el servicio. De momento han optimizado los accesos. Iberia tiene una entrada directa al Puente Aéreo en la nueva T-4 del aeropuerto de Barajas y Spanair ha hecho lo propio en la T-3, poniendo un servicio exclusivo en los vuelos hacia Barcelona. Pero no es suficiente. Se necesitan nuevos sistemas de embarque para tardar menos. "En Spanair queremos reducir el tiempo. Entre embarque, vuelo y desembarque, se tarda una hora y cuarenta minutos. El objetivo es tardar una hora y diez minutos para ser mejores que el tren", dicen. Otro inconveniente para apuntar en la agenda: en el tren se puede hablar por el teléfono móvil y utilizar el ordenador, en el avión no. ¿Qué preferirá el empresario, trabajar mientras viaja o estar más de una hora incomunicado con su empresa? Pronto podremos salir de dudas.