Cada vez más empresas hindúes focalizan sus inversiones en el continente negro, que amenaza con convertirse en un fuerte competidor como transformador de materias y suministrador de bienesmilán. Si desde el punto de vista deportivo el pronóstico sobre los próximos Mundiales de Fútbol es incierto, desde el punto de vista de los negocios ya hay una campeón para el torneo que se va a jugar en África en el 2010: India. De hecho, el grupo Tata se presentó ya como candidato para la construcción de los hoteles, pero las empresas hindúes podrían intervenir incluso en la construcción de estadios y de otras infraestructuras a lo largo y ancho de todo el continente negro.En concreto, las empresas hindúes que muestran más interés son las dos líderes de la ingeniería hindú, Larsen & Toubro y Afcons, que ya están muy acostumbradas a trabajar fuera de sus fronteras.El fenómeno es visto con buenos ojos por Sudáfrica que, para aumentar sus oportunidades de integración en la economía mundial, se vuelve cada vez más hacia India, y no sólo ya hacia China.Un modelo más exportableLa relación África-India, apoyada también por la comunidad hindú presente tradicionalmente en el continente negro, está destinada a consolidarse. Y de esa consolidación se resentirán las relaciones económicas con Europa y con Estados Unidos. Y es que las relaciones comerciales africanas se triplicaron en los últimos 15 años con Asia y, en cambio, se ralentizan con Occidente.La asociación África-India afectará incluso a los ya fuertes vínculos económicos del Continente negro con Pekín, dado que el milagro hindú parece culturalmente más exportable que el chino. "Al igual que nosotros, India tiene un pasado colonial. Por eso, queremos aprender de la experiencia de India. Queremos saber cómo y por qué ahora se las apaña mucho mejor que antes", afirma Amadou Dioffo, el director general de Sonidep Petrol, la empresa petrolífera de Níger.Si China ofrece a menudo financiación a sus socios africanos, India juega, sobre todo, la carta de la formación. Los gurús de la informática, los expertos en medicina y en producción a bajo costo hacen que India se convierta en un socio muy atractivo. De ahí que no extrañe en absoluto que Níger ahora quiera aprender de los hindúes la mejor forma de perforar yacimientos petrolíferos, que Etiopía pida ayuda a India para sus proyectos de autopistas o que, en Nigeria, la empresa hindú Oil&Natural Gas Corporation invierta 6.000 millones de dólares en una central y en un ferrocarril a cambio de una participación en el sector petrolífero. La realidad es que con ayuda de las inversiones hindúes, África puede convertirse en un continente transformador de materias primas y suministrador competitivo de bienes y servicios de alta intensidad de trabajo. Tata Coffee, por ejemplo, proyecta invertir 20 millones de dólares en una fábrica de café soluble en Uganda, tras conseguir de las autoridades locales grandes incentivos, reducción de impuestos, terrenos y agua. El café elaborado será exportado a China, Escandinavia, Suráfrica y el Este de Europa. Tata Motors, por su parte, ha comprado una fábrica de Nissan en Sudáfrica, con el objetivo de dedicarla al montaje de coches. "Lo que hoy no tenemos es la capacidad productiva masiva para muchos productos, simplemente porque no disponemos de las infraestructuras necesarias", subraya Anand Mahindra, brillante empresario hindú que dirige el grupo familiar líder en la fabricación de tractores y de vehículos multiuso.Mientras esperan aumentar su capacidad productiva en India, los líderes de la industria hindú parecen haber elegido África para mejorar su flexibilidad productiva y testar productos y mercados. Mahindra tiene ya presencia directa en Suráfrica, Kenia y Egipto, y está firmando acuerdos para crear redes de distribución que cubran todos los principales mercados africanos.Dirigirse a la clase mediaEl elemento decisivo es que India está produciendo en África bienes adaptados a las nacientes clases medias, tanto hindúes como chinas. Esto le permite al continente negro no exportar sólo, como le pasó hasta ahora, materias primas sin elaborar. Y es también una forma de compensar algunas de la asimetrías sur-sur. De hecho, la oleada de exportaciones textiles made in China y made in India ha restado presencia en los mercados mundiales a las exportaciones textiles de los países africanos.Que la sintonía entre África e India es perfecta lo conforman varios signos. Aunque van en dirección opuesta. La surafricana Shoptrite, la mayor cadena comercial al sur del Sáhara con más de 840 supermercados en África, en las islas del Océano Índico y en el sudeste asiático, intenta ahora la aventura directamente en el subcontinente y ya ha pedido al Gobierno hindú permiso para crear una filial para operar en las ventas al por mayor (donde es posible una inversión extranjera al cien por cien) y en las cadenas de frío, con fábricas que estarán situadas cerca de las grandes ciudades.Por ahora aliadasLa pregunta está sobre la mesa. ¿Cómo reaccionará China al todavía discreto pulso que le está echando India en África? Algunos indicios parecen conjurar, al menos por el momento, que se generen nuevas tensiones entre estos dos grandes competidores sedientos de materias primas.Con motivo de la visita del presidente de China, Hu Jintao, a Nueva Delhi a finales del pasado mes de noviembre -y a pesar de que no estaba previsto en la agenda oficial-, se abordó a fondo el tema de la energía. Según el rotativo hindú The Economic Times, China e India firmaron un acuerdo de principio para crear un mecanismo, probablemente una joint venture, para hacer ofertas comunes de cara a la adquisición de productos petrolíferos en África y en Latinoamérica. De esta forma, estarían evitando que se desencadene una guerra de precios.La alianza con los socios hindúes ayuda a los africanos a exportar materias primas elaboradas. Y un dato: las exportaciones hacia Asia se triplicaron en los últimos quince años. Además, con la República Popular, la joint venture permite participar en la adquisición de productos petrolíferos sin desencadenar una guerra de precios.