madrid. La Armada Invencible ha vuelto a conquistar el mundo 500 años después. Al menos, así ha interpretado la prensa internacional el imparable ritmo comprador español. Un ejército empresarial encabezado por los grandes grupos de infraestructuras. Ferrovial, Sacyr Vallehermoso y Abertis han hecho historia en 2006 y han demostrado a Europa que el nuevo cuartel general de los negocios está en el sur.Empieza el abordajeLa primera en atravesar las líneas extranjeras fue Ferrovial. En febrero anunció que estaba estudiando lanzar una opa sobre BAA, la mayor compañía de aeropuertos del mundo, dueña de Heathrow. La mayor puerta aérea del Viejo Continente estaba a punto de abrirse para dar entrada al nuevo gigante de las infraestructuras.En cuestión de días, los analistas desempolvaron sus informes sober la anquilosada operadora. Ferrovial ofreció 810 peniques por cada título de BAA, cuando la empresa apenas cotizaba en torno a 650 peniques. Pero los británicos no estaban dispuestos a vender barata la joya de su corona.Dolidos por el abordaje del vecino del sur, y probablemente avergonzados por no haber sabido valorar la empresa, los expertos de la City empezaron a pedir 900 peniques por cada título, 14.000 millones por todo el grupo. Una cifra que no amilanó a Ferrovial, que había desde el principio había calculado la posibilidad de cerrar la compra entre 900 y 950 peniques. De hecho, terminó adquiriendo la compañía en la banda más alta de esta horquilla, lo que se ha traducido en un desembolso de 15.000 millones de euros.Una compra que podría haberse abaratado si Goldman Sachs no hubiera entrado también en la puja por BAA.Pero las grandes apuestas suelen salir caras. Sacyr, por ejemplo, ha invertido 1.700 millones de euros en la constructora Eiffage para convertirse en su primer accionista, con el 32 por ciento del capital. Sin embargo, todavía no ha conseguido su objetivo de entrar en el Consejo de Adminsitración del grupo galo.Fusiones frustradasDevoto del famoso "despacito y buena letra", Luis del Rivero, presidente de Sacyr, no tiene prisa por adentrarse en el máximo órgano de administración de la compañía gala. Está convencido de que alcanzará su sueño en la Junta General de abril. A partir de ahí, estará en posición de fusionar Eiffage con su constructora. Una jugada que, si le sale bien, le permitirá crear la mayor constructora del mundo, con un valor en bolsa en torno a los 20.000 millones de euros y en cuyas entrañas vive la empresa de autopistas APRR, que Del Rivero podría utilizar como guinda perfecta para la nueva Itinere.La filial de concesiones de Sacyr se fusionará en 2007 con Europistas y creará la quinta compañía de autopistas del mundo. Un gigante que podría rivalizar con Abertis y Autostrade por el primer puesto del ránking si consigue adherirse también APRR.Sobre todo, después de que el grupo catalán haya tenido que apercar su fusión con el italiano. El pasado mayo, las dos compañías anunciaron a bombo y platillo su matrinio. Una unión que, en el país trasalpino, se interpretó como una venta encubierta. De hecho, Abertis se había garantizado el poder ejecutivo, la mayoría del consejo, del capital y la sede.Unas concesiones que desataron la ira del Ejecutivo italiano que preside Romano Prodi, hasta el punto de conseguir frenar la fusión. A pesar del desgaste que ha supuesto para Abertis el fallido matrimonio, la compañía catalana ha seguido trabajando en otras operciones que han terminado de encumbrarla internacionalmente. La más importante ha sido la compra del 32 por ciento de Eutelsat, la mayor compañía de satélites de Europa.