La antigua sede del banco central de la República Democrática alemana se abre al público como un hotel de lujo. Por Chema YbarraEn el nuevo hotel que la exquisita cadena Rocco Forte ha abierto en Berlín ocurre lo que en tantos otros rincones de la ciudad, que el pasado reciente sobrevuela la visita. Quien se hospede por motivos de negocios en el hotel de Rome disfrutará sabiendo que este edificio situado a pocos metros de la Puerta de Brandenburgo fue, antes de la reunificación, la sede del banco central de la extinta República Democrática y, previamente, la principal oficina del Dresden Bank. En el espectacular salón reservado a las conferencias, de dos plantas de altura y con techo de cristal y acero, aún se conservan grabados en el suelo los nombres de las principales sucursales. Pero aún antes de su empleo bancario fue, como hoy, uno de los mejores hoteles de la ciudad. Primitivamente una casa de huéspedes, en 1850 se rehabilitó sin reparar en gastos -aquí se instaló el primer ascensor hidráulico-, de lo que queda constancia, por ejemplo, en las dos escaleras principales, una de granito y la otra de mármol, a las que flanquean sendas balaustradas de hierro forjado.Techos artesonadosLas oficinas del director del banco de Dresde se han transformado en espaciosas suites donde perviven los techos artesonados y los revestimientos de madera, en convivencia con muebles de corte Bauhaus. Porqu en el profundo lavado de cara que se le ha dado a este hotel de 200 habitaciones se ha querido, ante todo, preservar la grandeza teutónica de la que hacía gala en sus orígenes, pero con una impronta chic muy contemporánea.En honor a su nombre, el hotel de Rome posee un restaurante italiano, que se acompaña de un bar cuya terraza mira a la Bedelplatz. Para tomar el té o pasar la espera, el lugar es la Opera Court, también cubierta con un techo vidriado. Y una última anécdota para los nostálgicos: el opulento spa del sótano -atención a la piscina de 20 metros de largo- fue hasta hace poco la caja fuerte del banco. Ahora es el refugio perfecto para reponer fuerzas antes de la siguiente reunión.