Tras su breve etapa en la Consejería de Trabajo de Maragall se coloca en el puerto de BarcelonaA gobierno nuevo en tierra, nuevo presidente para la gestión marítima. Eso es lo que ha ocurrido en la presidencia de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), donde se ha producido el relevo de Joaquim Coello (hoy consejero delegado de Applus+, la filial de certificación de Aguas de Barcelona). El sustituto de Coello es un ex alcalde que sale del anterior gobierno catalán de izquierdas, con lo que vuelve a producirse la ecuación de que el color político de turno coloca a los gestores de las entidades vinculadas a la administración sin experiencia en el sector donde operen, como es el caso del puerto de Barcelona. Jordi Valls, ex consejero de Industria y Trabajo con Pasqual Maragall, ya preside el puerto barcelonés, uno de los más importantes del Mediterráneo y del sur de Europa, que compite con Marsella, Valencia, Amberes y Rotterdam. Valls no tiene experiencia en el sector marítimo ni en la gestión portuaria, como tampoco la tuvieron sus predecesores en el cargo (Joaquim Coello, aunque es ingeniero naval, y Joaquim Tosas, nombrado por CiU en los últimos gobiernos de Jordi Pujol). Valls entró en el gabinete de Maragall debido a la remodelación gubernamental de abril de este año, pero el final anticipado de la legislatura hizo que su paso por la consejería fuera efímero: siete meses hasta las elecciones del 1 de noviembre. El socialista, que fue alcalde de Manresa durante 11 años, deberá renunciar a su acta de diputado para ir al puerto. Valls es un histórico del PSC que recibe ahora los réditos de haber compartido camino en la Generalitat junto a Maragall y no haber entrado en el tripartito de Montilla. El Puerto de Barcelona es una administración que como titular de los puertos de interés general españoles debe ratificar la decisión de la Generalitat. Valls ha dirigido diversos organismos de la administración local, como el consorcio Localret para el desarrollo de las redes de telecomunicaciones. Es miembro de la ejecutiva nacional del PSC, puesto que "decidirá en el futuro si sigue ocupando" ya que ahora debe gestionar la que calificó como primera infraestructura de Cataluña junto con el aeropuerto de El Prat. Valls asegura que su principal reto será acelerar la construcción de los futuros accesos viarios y, especialmente, ferroviarios para reducir el desfase con las ya avanzadas obras de ampliación de diques y muelles en los terrenos ganados con el desvío del río Llobregat. También "profundizará en la explotación eficiente y saneada" realizada por su antecesor para afrontar el crecimiento portuario en el tráfico de mercancías y pasajeros. El puerto se está ampliando para asumir el mayor tráfico comercial con el continente asiático, sobre todo, China. Para ello, Tercat y su socio chino Hutchinson se han adjudicado la nueva terminal Muelle Prat para soportar la llegada de grandes buques cargueros. Sin embargo, todavía se adolece de muchos problemas que deberá afrontar Valls y que han sido denunciados por los empresarios del transporte: mejorar los accesos terrestres que saturan las carreteras de Barcelona y que el tren llegue al puerto para enlazar con la línea hacia la frontera francesa.