El frío no sepulta a la capital de Noruega en un letargo. Todo lo contrario: sus habitantes corren al circuito de esquí que rodea la ciudad y las tiendas, por Navidad, iluminan sus largas noches. Por Álvaro CastroSe dice que "os" puede ser colina y "lo" algo así como planicie, por lo que "llanura bajo la colina" puede definir bien lo que es esta ciudad al pie de las montañas y a orillas del gélido mar de Skagerrak. El frío está tan presente que el parque de invierno de Tryvann se encuentra a tan sólo 20 minutos del centro. Un sueño para los amantes de los deportes de invierno: desde principios de diciembre hasta Semana Santa están abiertas las pistas de esquí alpino y snowboard, así como la zona de saltos, cuya torre se observa desde cualquier punto de la ciudad. La iluminación artificial permite disfrutar de la nieve hasta las 22.00 y en los bosques de los alrededores hay 2.600 kilómetros de pistas de fondo. Pero Oslo no sólo vive del esquí y el salmón ahumado, y es en Navidad cuando resulta más fácil percatarse de su vibrante estado de forma. A falta de la luz del sol, sus numerosos y tentadores bares, restaurantes y tiendas iluminan el trasiego de sus habitantes, que corren para hacer sus compras.Grandes almacenesUno de los epicentros comerciales de la ciudad, Karl Johans Gate, son los grandes almacenes Steen & Strom (Stoperi gt., 1; www.steenstrom.com). Tampoco puede faltar la visita a la tienda de diseño industrial Tannum (Stortinsgaten, 28; www.tanum.com), una de las mejor surtidas en muebles, papelería y textil. Ideal para comprar sofisticados regalos de Navidad. Antes de pasear por el Palacio Real y sus cuidados jardines, entramos en el barrio universitario, con bares-restaurantes modernos como el Eik (el restaurante del Savoy, Universitetsgata 24-26. Tel +47 23 35 42 00) o el Mink (Kristian August Gate, 14. Tel. +47 22 11 06 67). A un lado, en paralelo al bulevar en que se transforma el final de la calle Karls Johan Gate, está el puerto de la ciudad, su imponente ayuntamiento y algunos antiguos almacenes portuarios transformados en centros comerciales y restaurantes-terrazas muy animados con la llegada del buen tiempo. Frogner, por contra, es un tranquilo barrio residencial donde se levantan bellas casas y abren sus puertas tiendas muy chic. Aquí tiene su sucursal la firma textil finlandesa Marimekko (Bydoy Allé, 16; www,marimekko.com), cuyos estampados retro Jacky Kennedy paseó por todo el mundo. La danesa Bruuns Bazaar (Riddersvoldsgata, 12; www.bruunsbazaar.com) propone ropa sobria y elegante para hombre y mujer, y la sueca Filippa K (Skovveien, 17; www.filippa-k.com) presenta su nueva línea Ease, con ropa más casual, pero de lujo y sólo para mujer. Pescados localesPara tomar fuerzas, las propuestas son: Pascal (Drammensveien, 10), donde bordan los desayunos con sus croissants, tartas y cafés; Alex Sushi (Cort Adelersgate, 2. Tel. +47 22 43 99 99), uno de los mejores sushi bar del norte de Europa, moderno y con público elegante; y Havsmak (Kronprinsens Gate, 1. Tel. +47 24 13 38 00), para probar los pescados y mariscos locales.Otro barrio de compras a reseñar es Bogstadveien. En la calle de este nombre y su vecina Hegdehaugsveien (su continuación) se suceden las tiendas de moda. Es una zona popular, con cadenas internacionales como Zara o Mango, que ha cedido su puesto de barrio alternativo a Grüner Loca. Aún así, sigue habiendo lugares que merecen la pena, como los sándwiches al momento de Godt Brod (Holmboes Gate con Bogstadvien), la ropa de la boutique internacional Kamikaze Men (Hegdehaugsveien, 24), los jeans y camisas de Tiguer of Sweden (al lado de la anterior) y las compras gourmet de Smor Peterson (Vaikyriegata, 9 A). En Hegdehaugsveien con Parkveien está Lorrgs, la cervecería más antigua de la ciudad, con platos para comer o cenar al estilo brasserie.La ruta del shopping finaliza en Grüner Loca, el barrio más alternativo, donde descollan tiendas de moda y segunda mano, la gente joven y sus looks muy estudiados. Es también el lugar perfecto para comer informalmente, sobre todo en los cafés de la plaza Olaf Ryes tras abrir el apetito en la tienda de delicatessen Hotel Havana (Thorvald Meyers Gate, 36), decorada con antiguos azulejos dibujados con viandas en color azul (lo que recuerda a las tiendas portuguesas).Últimas comprasPero estamos en Navidades y quizá haya aún tiempo de hacer las últimas compras. Sin salir de Grüner Loca, tres tiendas donde abundan ideas originales son Granit (Thorvald Meyers Gate 55), la versión noruega de la japonesa Muji, con objetos para la casa simples y funcionales; East Design (Olaf Ryes Plass, 3), con muebles y objetos asiáticos de calidad; y One (Thorvald Meyers Gate) una tienda-concepto en la que sólo hay una pieza de cada cosa; una vez comprada se repone por un producto distinto.La mencionada calle Karl Johans es la que concentra gran parte de la actividad. Junto a la antigua universidad se alza el impresionante árbol de Navidad y en Baerums Verk, una antigua fábrica del XVII, se ofrecen paseos en trineo tirado por caballos. Pero todo esto desaparece después de Nochebuena. ¿Con planes para ir en verano a Oslo? Sin problema, la ciudad cuenta con una tienda dedicada a la Navidad abierta todo el año (Tregaardens Julehus. 541, Sentralstasjohen).