Los expertos en filatelia están tranquilos ante la posible estafa de Fórum y AfinsaMADRID. Quizás pueda sorprender que una cosa tan pequeña como un sello mueva millones de euros. Sin embargo, su condición de bien tangible, su imposibilidad de reproducción y su capacidad de revalorización han hecho de la filatelia un negocio muy boyante, que en España mueve 20.000 millones de euros al año, según estiman expertos del sector. En este país hay cerca de 190 tiendas de filatelia y 250 mayoristas y subastadores que se dedican a la compra venta de sellos para coleccionistas. Por eso, el gremio respira tranquilo ante el supuesto fraude filatélico que se destapó anteayer: "el 95 por ciento de los afectados por Afinsa y por Fórum no son coleccionistas de sellos. El problema de estas sociedades es que venden sellos como podrían vender chapas de Coca-Cola. Les daba igual, ellos no era coleccionistas, sino inversores", afirman en la madrileña filatelia H. SanzaDe hecho, la actividad de Fórum Filatélico y Afinsa tiene poco que ver con el coleccionismo de sellos. Una afición que en España da trabajo a más 100.000 profesionales del gremio filatélico. "Nuestro negocio es puro coleccionismo y el de Afinsa, pura especulación", señala Pablo López Baza, secretario de la Asociación de Empresarios de Filatelia. "Siempre nos ha dado miedo ese negocio, porque sabemos que es imposible el ritmo de revalorización que prometen, porque no hay tantos coleccionistas, no hay mercado para esos precios", añade.Antonio, tras el mostrado de Filatelia 2000, contrastada cada día la opinión de su compañero de profesión. "Yo me muevo por el precio de mercado. El precio que marcan los catálogos da igual, casi siempre se vende por debajo", asegura poco antes de vender a una clienta el catálogo Edifil, la referencia del sector. El libro marca 12 euros, pero él sólo cobra 11 euros. "Ya le he dicho que casi siempre me muevo por debajo del precio del catálogo"Normas propiasUno de los handicaps del mercado filatélico es que no está regulado por ningún organismo oficial. Los tasadores de sellos utilizan de referencia los catálogos (todos los años se publica uno) y, en función de la antigüedad del sello, su rareza específica y su estado de conservación fijan un valor. "Quién firma la tasación siempre dice 'en mi opinión' y se está jugando su prestigio", afirma Félix Arias, propietario de otra tienda de filatelia en Madrid. Lo característico de este negocio es que la demanda es mucho mayor que la oferta. Sobre todo, entre las piezas más admiradas y escasas, ya que los coleccionistas son reacios a desprenderse de sus mejores sellos. Además, las emisiones son limitadas, lo que estrecha desde el origen el fruto de deseo de este mercado.Aunque la mayoría de los coleccionistas no entran en este mercado buscando una rentabilidad, sino por inversión, también es cierto que puede llegar a convertirse en una interesante inversión. Especialmente, cuando se consigue un ejemplar escaso, con alguna rareza o algún valor histórico."Nosotros, como expertos, aconsejamos sobre los sellos y cuáles pueden ser más o menos interesantes. Pero al coleccionista le mueve una pasión, no una inversión, porque nunca puedes predecir qué va a pasar", destaca López Baza.En España, "el sello más caro que hay es una variedad del 2 reales de 1951, que la última vez que se vendió se hizo por 120.000 euros", afirma Arias. Este experto explica que "las cifras más altas se manejan normalmente en las subastas".Correos emite las series, y éstas pasan por las manos de los mayoristas o de los minoristas, es decir, comerciantes que compran y venden sellos en tiendas, despachos, por correo e incluso a través de Internet. Correos emite 300.000 sellos al año que vende a una media de 60 euros, según afirma Arias.