MADRID. Cuando una compañía sospecha que un negocio puede flojear, explora vías alternativas. Ante la expectativa del freno en hipotecas, la banca se gira hacia las empresas. En Caixa Galicia, esos clientes son ya grandes motores del resultado. Su beneficio subió un 37,6 por ciento y se situó en 192,7 millones al cierre de septiembre, tras disparar un 57 por ciento el crédito a empresas. La caja captó 40.000 clientes y logró que los costes consuman sólo un 46 por ciento de los ingresos (54 por ciento un año antes). Pero no todo se hizo en ventanilla: el resultado de las filiales se duplicó porque les va bien y también suman ganancias Faus y Cupide. El año pasado la caja no era su accionista.