El 90 por ciento de los restaurantes exige una rectificación a la cadena y retira la publicidad La Asociación de Franquiciados del grupo reconoce que "se ha cometido una barbaridad"madrid. La campaña de la Triple Whopper le va a costar una indigestión a Burger King. La cadena norteamericana ha retado a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad contra la obesidad con este tipo de hamburguesas gigantes, de casi de 1.300 calorías, y se ha encontrado no sólo con la oposición de las asociaciones de consumidores, la Administración e incluso el resto del sector, sino también con la de sus propios socios, los franquiciados. Muchos de ellos comienzan a mostrar ya su malestar por lo que consideran una estrategia de marketing agresiva, que puede acabar dañando su imagen ante el consumidor. Su contrato de franquicia les impide retirar la hamburguesa pero, en muchos casos, han decidido, no hacer publicidad de la misma en sus establecimientos.Rechazo a la 'Triple'Es lo que ocurre, por ejemplo, en el barrio de Pueblo Nuevo, en Madrid, donde un restaurante de Burger King omite cualquier información sobre la polémica hamburguesa. "¿No venden la Triple Whopper?", pregunta un cliente. "Sí, sí que la tenemos. Lo que ocurre es que hemos quitado toda la publicidad tras el conflicto con Sanidad. No queremos saber nada de ella", dice en voz baja un vendedor de la cadena.El mismo día, en otro establecimiento de Fuencarral, la hamburguesa hipercalórica está anunciada a bombo y platillo tanto a la entrada del restaurante como dentro. ¿Qué es lo que está pasando? Qué es muy difícil poner de acuerdo a los más de 400 establecimientos de Burger King en España.De ellos, sólo 42 son propios y el resto de empresarios externos. José Luis González, director de la Asociación de Franquiciados de Burger King, se muestra muy crítico. Según dice, "las franquicias hemos pedido a la compañía que rectifique porque nos está haciendo mucho daño, pero no podemos ir mucho más allá. Nosotros no podemos emprender ninguna iniciativa legal y estamos atados de pies y manos porque tampoco podemos perjudicar la imagen de la marca". El problema, además, es que no se trata de una decisión que se haya tomado en Madrid, "sino de una orden que viene de Estados Unidos". González manifiesta que "las campañas de publicidad que se han hecho, tanto la que fomenta la obesidad, como la de carácter sexista, son una barbaridad y deberían retirarse". Pero además de los empresarios individuales que tienen una o varias franquicias hay fuertes grupos de restauración que controlan un buen número de locales y que son muy sensibles a cualquier reacción de la opinión pública porque poseen otras marcas ajenas a ésta. Y mientras que continúa la polémica el secreto mejor guardado de la compañía norteamericana son las ventas del Triple Whopper. Aunque hay restaurantes que aseguran no estar vendiendo ninguna, según algunas fuentes, Burger King sí que habría conseguido incrementar el número de visitantes en sus restaurantes. La empresa no quiso hacer ningún comentario.Los expertos siguen recomendando además al Ministerio de Sanidad que actúe al igual que ha hecho ya con el tabaco o con las empresas de bebidas alcohólicas. "No es lógico que la publicidad de un alimento como una hamburguesa de gran tamaño, que tiene una cantidad de kilocalorías extraordinaria, que alberga una importante dosis de grasas polisaturadas y que va especialmente dirigida a los más jóvenes, no esté moderada por parte de la Administración", asegura Agustín Domínguez Díez, secretario de la Sociedad Española de la Cirugía de la Obesidad (Seco). Ley antigrasasPara Domínguez es fundamental que tanto empresas como instituciones públicas aborden "urgentemente" el problema de la obesidad infantil. El 14,5 por ciento de los españoles sufre ya obesidad y el problema, lejos de frenarse, va en aumento. La Triple Whopper duplica el aporte de grasas que necesita un adulto al día. Tiene casi 1.300 calorías y 300 miligramos de colesterol. Es, según los expertos, un arma letal contra la salud cardiovascular.La ministra de Sanidad, Elena Salgado, ha repetido ya en varias ocasiones que la empresa "ha vulnerado los acuerdos sobre promoción de raciones gigantes que la compañía adquirió en el marco de la Estrategia sanitaria contra la obesidad (NAOS)", pero hasta ahora ha negado en todo momento que se esté planteando, por ejemplo, una prohibición de la publicidad, tal y como han hecho ya algunos países, como Reino Unido. La Comisión Europea sí que está estudiando, en cambio, incrementar la fiscalidad a las grasas para intentar reducir así su consumo, al igual que se ha hecho anteriormente con el tabaco o con el alcohol.