madrid. Clarke, Modet & Cº es la primera empresa de propiedad industrial e intelectual en el mercado de habla hispano-portuguesa. Fundada en 1879, la compañía ha ido evolucionando con las necesidades del mercado. La patente es, como dice su director general, Alejandro Klecker, "una herramienta para que el empresario español no juegue con desventaja". El directivo se queja de lo poco mentalizadas que están las empresas españolas de la necesidad de patentar sus productos y sus ideas. "Muchas veces el empresario español paga royalties por productos que el mismo diseñó pero que nunca se le ocurrió registrar", se lamenta.P ¿Tiene España un gran déficit de tecnología?R Sí. Compramos aproximadamente el 1,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en tecnología y sólo vendemos el O,3 por ciento. Es una situación preocupante y cada vez empeora, ya que hace dos años las compras era del 1,4 por ciento y las ventas del 0,4 por ciento.P ¿Cómo se puede solucionar? R Con inversión en tecnología, lógicamente, pero el problema es que hay muchas empresas que investigan y no se preocupan ni en registrar ni en proteger sus innovaciones. No crean patentes y renuncian a la propiedad. Es un inconveniente cultural del empresariado privado, que se cree que registrar una patente, por ejemplo, es un engorro administrativo.P ¿Es una tendencia cultural muy difícil de cambiar? R Sí, porque se trata de una creencia estructural muy complicada de modificar. Si nos fijamos, en la Universidad se habla muy poco de estos temas, pero es que cuando el profesional termina sus estudios y se incorpora al mercado de trabajo se encuentra con que las propias asociaciones sectoriales tampoco se preocupan por el problema de la propiedad intelectual.P ¿Pero parte de la solución del problema estaría en la apuesta por invertir en I+D? R Sí, pero volvemos al problema de la cultura. Todo investigador sabe y comprende que de 10 proyectos fracasan 6 o 7 pero eso es algo que no es capaz de asumir el empresario español y las estadísticas hablan por sí solas. Si en España, la media está en 38 o 40 patentes por millón de habitantes, en Europa esta cifra alcanza entre las 298 y 300 patentes. Una diferencia abismal que pone a la empresa española en clara desventaja.P Demasiada diferencia ¿verdad? R Y eso no es lo peor. Lo que más duele es que existen grandes multinacionales extranjeras que tiene contratos de I+D en España y pagan mucho dinero 'español' por los derechos de patentes que hacen ellos mismos en Estados Unidos.P ¿Juegan mercados como el norteamericano con ventaja respecto a otros como el europeo? R Sí. El desarrollo del I+D en Estados Unidos está mucho más avanzado que en Europa. Las empresas están motivadas porque tienen amparo legal ante cualquier innovación que presenten, algo que no ocurre en el Viejo Continente. P ¿Cuente un caso concreto? R Las patentes son un derecho de propiedad de 20 años para solucionar técnicamente un problema. Lo que ocurre es que en Europa es más complicado registrar las ideas que los productos y Estados Unidos saca partido al proteccionismo europeo en el negocio de las patentes.P ¿Tanta diferencia hay? R Estados Unidos recibe anualmente 14.000 millones de euros de Europa en concepto de royalties, cinco veces más que lo que percibe la UE de este país. Una de las claves de este déficit es la prohibición europea de patentar procedimientos de fabricación. Y esto es un error porque tanto Europa, en general, como España en particular, ya no son fabricantes de productos, sino de servicios. Por eso hay que proteger las ideas, como hace Estados Unidos. Las patentes son, en el fondo, tasas de retorno de la inversión.