madrid. Las peleas empresariales pueden tener su sentido de llamada de atención y marketing, pero tienen que cerrarse en algún momento y hay que elegir el modo más adecuado de sellar la paz. Euskaltel y Orange han optado por el arbitraje para poner fin a su alianza de ocho años, según publicaba ayer la web de Eroski, Consumer.es. El contrato que firmaron en 1998 se rompió en los primeros días de septiembre, recuerda la publicación, después de que la compañía vasca anunciase que se independizaba de la antigua Amena, que se convertía en un operador virtual y que sustentaría su servicio de telefonía móvil en la red celular de Vodafone.Fuentes de Euskaltel citadas por Consumer.es explicaron que el arbitraje tiene, fundamentalmente, un objetivo económico. Se trata de establecer qué compensaciones deben pagarse entre ambas empresas por la ruptura del acuerdo, así como la liquidación final de los flujos monetarios derivados de la actividad que la firma que preside José Antonio Ardanza ha desarrollado en nombre del grupo Orange en el País Vasco. Por cada 100 euros que recaudaba de sus clientes de telefonía móvil, el operador vasco se quedaba con 35, mientras que los 65 restantes iban a parar a Amena.Sigue la batallaMientras solventan las compensaciones, en el plano comercial sigue la batalla por los 460.000 clientes de telefonía móvil que contrató Euskaltel durante los años que duró la alianza y que recibían el servicio por la red de Amena (hoy Orange).La francesa tiene que conseguir los datos bancarios y direcciones de los clientes de ese grupo que sean de contrato, datos en poder de Euskaltel, mientras que la vasca debe lograr que cada uno firme el cambio de compañía.