La farmacéutica quiere sanear su situación económicanueva york. En un claro esfuerzo por lidiar con las caídas de ventas de algunos de sus fármacos, así como con el vencimiento de algunas de sus patentes más importantes, Pfizer ha decidido aplicar un plan de reestructuración que le permita sanear su situación.La farmacéutica ha decidido suprimir alrededor de 2.200 puestos de trabajo dentro de su departamento comercial, que en Estados Unidos cuenta con un total de 11.000 empleados. El portavoz de la compañía, Paul Fitzhenry, fue el encargado de hacer pública esta decisión el pasado martes y aseguró que dichos recortes comenzarán a aplicarse antes de que finalice el año. Fitzhenry no dio a conocer cómo beneficiará a la empresa dichos recortes pero lo cierto es que tras el anuncio, las acciones de Pfizer subían cerca de un 1 por ciento, alrededor de 0,20 dólares, hasta rondar los 27,25 dólares por acción. Más efectividadEn un comunicado de prensa, el consejero delegado de la farmacéutica, Jeffrey Kindler, aseguraba que "este es un paso decisivo para hacer de Pfizer una compñía más ágil y efectiva". Kindler añadía que el próximo mes de enero daría a conocer más detalles de esta estrategia, aunque los despidos vayan a tener lugar durante el próximo mes de diciembre. Barbara Ryan, analista de Deutsche Bank America, aseguraba en una nota pública que "los recortes son absolutamente necesarios y demuestran que Pfizer ha decidido tomar las riendas de la reestructuración de sus costes". Por su parte, John Boris, de Bearn Stearns pronosticaba que la farmacéutica sería capaz de ahorrarse cerca de 451 millones de dólares gracias a la supresión esos más de 2000 empleos. Tanto Pfizer como Merck, el cuarto fabricante de medicamentos más importante de Estados Unidos, intentan recortar costes multimillonarios a través de la reestructuración de sus propias compañías. Fin de patentesActualmente, esta presión se ha visto incrementada ante la caducidad de sus patentes más importantes y las que más ingresos les reportaban; en el caso de Pfizer, su antidepresivo Zoloft, que registraba ventas anuales de 3.300 millones de dólares y por parte de Merck, su fármaco contra el colesterol Zocor, cuyas ventas alcanzaban los 4.400 millones de dólares al año. Las exclusivas de ambos medicamentos vencieron el pasado mes de junio, algo que ha adelantado la toma de decisiones que nadie ha encajado bien. De momento, los trabajadores de la farmacéutica no se han pronunciado acerca del recorte de plantilla que ha anunciado la compañía.