Desde la entrada de ACS en su capital hasta ahora, las acciones de Iberdrola han caído un 16%madrid. Quitarse el disfraz de presa para colocarse el de cazador no le sale gratis a Iberdrola. No sólo por los más de 17.000 millones de euros que entre acciones y efectivo va a pagar por la británica Scottish Power, sino porque en los últimos tres meses sus acciones han pasado de cotizar por encima de 38 euros, a colocarse en los 32,06 euros a los que despidieron la jornada de ayer, después de caer un 2,11 por ciento. Fue el valor más castigado del Ibex 35, el índice más importante de la bolsa española. Estos dos precios son un gran indicador de los dos momentos que ha vivido Iberdrola en bolsa en 2006.Los 38,16 euros -que son el precio más alto de su historia bursátil- los conquistó Iberdrola el 27 de septiembre, justo en la jornada posterior a que ACS desembarcara en su capital, en lo que parecía una guerra entre constructoras para ver quién se hacía más fuerte dentro del sector eléctrico. Unos días antes, se había conocido que Acciona había entrado en el capital de Endesa. Era el climax de una gran racha especulativa que decía que Iberdrola era un candidato óptimo a recibir una opa (oferta pública de adquisición) de algún competidor europeo, como le había ocurrido a Endesa con E.ON. Tras la compra de un 10 por ciento de su capital por ACS, las cosas empezaron a cambiar. Se empezó a dejar de hablar de que Iberdrola fuera una empresa opable, sino una de las dos piezas del puzzle de un gran campeón nacional -su media naranja era Unión Fenosa-. Con esa posibilidad cotizando y como ACS no podía adquirir más capital sin el visto bueno de la CNE (Comisión Nacional de la Energia), en bolsa sus acciones comenzaron a alejarse de su cima histórica. Después, llegado noviembre -que fue cuando comenzó a hablarse de la posibilidad de que la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán adquiriera Scottish Power- sus acciones continuaron goteando a la baja. En lo que llevamos de mes, pierden casi un 11 por ciento.Una caída que provoca que, por primera vez en mucho tiempo, las acciones de Iberdrola coticen por debajo de lo que el consenso de expertos consideran justo pagar por ellas (véase gráfico). Claro que el precio ideal de los expertos todavía no recoge la operación de compra de la empresa británica.