Financiará el plan de reestructuración en Norteamérica y protegerá a la compañía de "acontecimientos inesperados"MADRID. La caída de las ventas de coches en Estados Unidos está reduciéndo rápidamente el espacio de maniobra de los fabricantes locales General Motors, Ford Motor Company y Daimler Chrysler, que ven como trimestre tras trimestre pierden más dinero. Ford tomó ayer cartas en el asunto y ya se ha puesto manos a la obra para conseguir una financiación por valor de 13.700 millones de euros (18 millones de dólares). La compañía está en plena ejecución del más importante plan de reestructuración de su histora (denominado Way Forward), por lo que necesita este capital para llevar a cabo medidas como los recortes de hasta 44.000 empleos, muchos a través de bajas incentivadas, y los cierres de 16 instalaciones previstos en Norteamérica, para tratar de que su filial más importante vuelva a ser rentable. Sólo en el tercer trimestre del año Ford Norteamérica aumentó sus pérdidas antes de impuestos hasta 1.500 millones de euros, cuando un año antes perdía 900 millones. En principio y según las últimas cifras conocidas, la dirección espera que entre 25.000 y 30.000 empleados se acojan a este tipo de baja. Esta misma madrugada terminaba el plazo para acogerse a alguno de los ocho tipos de baja que ofrece la compañía. El presidente de las operaciones en América, Mark Fields, señaló que la marca del óvalo tiene previsto que menos de un 40 por ciento de los trabajadores abandone la empresa. La división de automoción quiere empezar el año con una nutrida caja: hasta 29.000 millones de euros 38.000 millones de dólares) en liquidez para sus operaciones, con lo que asegurará su futuro aún en caso de que el mercado se ponga peor de lo que está.Ford sostiene que conseguirá esta financiación a través de créditos y emision de deuda, y más allá de la reestructuración indrustrial espera también poder reorganizar sus créditos, aumentar sus reservas de dinero y protegerse así ante acontecimientos inesperadosDe momento, la compañía está registrando unas pérdidas de 5.500 millones de euros en los nueve primeros nueve meses. Gran parte de ellos, casi 3.700 millones, fueron la aportación negativa de las primeras medidas de la reestructuración en Norteamérica.