A partir de diciembre podrán operar en todo el país y no sólo en la franja costerapekín. El 31 de diciembre concluye la Larga Marcha china hacia la liberalización económica, que comenzó hace cinco años, con la adhesión a la Organización Mundial del Comercio (OMC). El último bastión del viejo régimen proteccionista fue el que más costó derribar: el sistema que durante décadas protegió a las instituciones financieras de la competencia extranjera.Hace unos días, el primer ministro, Wen Jiabao, firmó la nueva ley que regula la actividad de los bancos extranjeros en China. El 11 de diciembre, el mercado crediticio chino se abrirá a la competencia internacional. Y, desde esa fecha, los bancos extranjeros, cuyo negocio estaba restringido a las grandes ciudades de la franja costera, serán libres para operar en todo el territorio chino. Podrán abrir sucursales, conceder préstamos, distribuir tarjetas de crédito a la clientela china que opere con la moneda nacional... Será un mercado libre y sin limitaciones, pero con una excepción: su estructura jurídica tendrá que ser radicalmente modificada. Los bancos extranjeros se verán obligados a transformarse en incorporated companies de derecho chino. Esta obligación impondrá una ratio patrimonial más elevada respecto a la que se exige hoy, así como mayores costes administrativos y de gestión.Si decidieran no hacerlo, las filiales actuales (hay cerca de 240, que representan a unos 70 bancos extranjeros de 20 países) tendrán una operatividad muy limitada. En esencia, sólo podrán hacerse cargo de depósitos superiores a un millón de yuans (algo ridículo si se tiene en cuenta que, hoy, en China, el 77 por ciento de la población vive un año entero con 25.000 yuans), y financiar actividades corporativas de compañías extranjeras que operan en el país de la Gran Muralla.¿Es una liberalización a la japonesa? No, pero de todos los bancos que desembarcaron en China serán pocos los que opten por elegir el camino de la incorporated company (el único que permite la creación de una red de ventanillas locales). Hasta ahora, sólo hay tres nombres seguros: HSBC, Standard Chartered y Citigroup.Los bancos extranjeros tendrán dos opciones: seguir haciendo con sus filiales lo que han estado haciendo hasta ahora, es decir poca cosa y de escaso relieve. O, comprar un banco chino de segundo nivel.