Un sistema innovador que tuvo que ceder al poder del negocio tradicional madrid. Los servicios que podían haber roto los esquemas del mercado en Europa, terminando con el imperio de la voz, han acabado ahogados en política e inversiones mal destinadas en la mayoría de los casos. No es sólo la imposibilidad de las compañías durante unos años de invertir después del fiasco de las licencias multimillonarias de tercera generación que se subastaron en Europa y dejaron tiritando de deuda los balances de las operadoras.Cuando se intentaba hacer algo innovador, siempre había un interés que se imponía a la idea. Ejemplo: en el año 2000, Telefónica y BBVA desarrollaron un sistema de pago por móvil capaz de saltarse el circuito habitual de cobro electrónico. La red tradicional celular (ni siquiera hizo falta que hubiese llegado la tercera generación) soportaba un modelo seguro de pago cuyo negocio se iba a basar en el cobro del tráfico. Visa, Red 6000 y 4B sacaron las uñas. ¿Qué se creía Telefónica inventando algo tan innovador? No se los podían saltar porque peligraba su negocio. Para desesperación de los impulsores del proyecto desde Telefónica, el lobby de los medios de pago tradicionales pudo con una idea que habría cumplido ahora seis años y podría haber facilitado considerablemente la vida, abaratado los pagos a los comercios y permitido micropagos en máquinas de vending que no admiten tarjeta no por problemas técnicos, sino porque no les es rentable a los circuitos de tarjetas. ¿Qué ocurrió con aquel sistema? El Gobierno obligó a Telefónica y BBVA a que dejase entrar en el proyecto a todo el que quisiese y eso, desde luego, incluía a los procesadores de medios de pago. Con ellos dentro, el sistema acabó convertido, de un nuevo modo de pago, en un simple activador por el móvil de tarjetas ya existentes. Mismas comisiones. Mismo circuito. Vodafone y el banco Santander, que habían estado trabajando por su cuenta en un sistema propio de pago, se fusionaron con el de Telefónica. Y el resto de bancos, y las cajas, y Amena (hoy Orange)… Cada vez que alguien, fundamentalmente gente de Telefónica, todo hay que decirlo, quería tirar del proyecto, hacer publicidad masiva, implicar al resto de accionistas, alguien le paraba los pies. ¿Cuánta gente conoce hoy lo que es Mobipay? El servicio, según cifras de la compañía, lo utilizan unas 400.000 personas.Con la teoría de la conspiración activada no costaría mucho imaginar el motivo por el que en Corea existen ya terminales móviles que vistos por la espalda se convierten en una cámara (el zoom sale de la parte posterior) y que disponene de hasta 8 megapíxeles, cuando aquí salvo alguna excepción recién llegada precisamente de Corea, no se alcanzan más de dos.