Japón ya prueba la tecnología de cuarta generación, mientras Europa aún está varios años por detrástokio. Suena el móvil. Siete de la mañana. Hay que levantarse. Apaga la alarma y busca el menú. Ya se ha descargado de Internet en el móvil el disco que había pedido. Mientras pasea por la cocina siguiendo el ritual de preparación del desayuno, mira el informativo en la pantalla del móvil. Sale a la calle, lleva el menú al sistema de localización. Le informa de que tardará caminando cinco minutos a la parada del autobús, que éste tardará siete minutos en llegar y no tendrá tiempo de enlazar con el tren que le llevará al aeropuerto. Ofrece una ruta alternativa. Sentado en el autobús, escucha la radio… en el móvil. Baja. Una máquina de refrescos le sale al paso. Coloca el móvil en el cuadrado que le indica la máquina y aprieta el botón del zumo de naranja, que se precipita ruidoso contra la bandeja inferior. Manda un correo electrónico a su asistente en la oficina. Se sienta a esperar la hora de embarque. Cuando avisan saca algo del bolsillo. ¿La tarjeta de embarque? No, es un vuelo nacional y puede utilizar el móvil. Lo coloca sobre el mostrador, que lo identifica rápidamente. Ya puede pasar. ¿Un futuro cercano? No, Japón hoy. No hay nada de lo que está pasando allí que no se pudiera hacer ya en Europa. ¿Problemas con la red? En absoluto. La mayor operadora de Japón, NTT DoComo, después de años basando su servicio móvil en un tipo de redes que llaman CDMA y que se basan en tecnología de la estadounidense Qualcomm, se ha pasado a la versión europea del móvil de tercera generación, el UMTS. ¿Falta de terminales? ¿Es que no hay Sony Ericsson, Samsung, LG en Europa? ¿No estamos globalizados? Europa se volvió loca vendiendo una capacidad que no llena con nada que llame la atención lo suficiente como para provocar un uso en masa. Ahora empiezan a despegar servicios como la descarga de música, que en el móvil ha logrado salvar las sospechas de piratería. El operador japonés KDDI lanzó en diciembre de 2002 un servicio de descarga en el móvil que en enero de este año alcanzaba 300 millones de títulos bajados a un dispositivo celular y pagados. NTT es el único operador móvil del mundo que permite acceder a la base de música de Napster.En Japón no tienen sistema de mensajes cortos SMS como se conoce a este lado de los Urales. Sólo es posible entre números de la misma compañía porque lo que allí se utiliza es directamente el correo electrónico. Japón no nació siendo un paraíso tecnológico. Cuando hubo que optar por un sistema de mensajes se pensó que el móvil podía suplir la falta de ordenadores en los hogares para poder extender el servicio a las amas de casa. Funcionó. Con el móvil en la mano y un invento que hacía inútil una nueva plataforma de mensajes (Internet) el correo electrónico se extendió como la pólvora.Las vallas de Europa En Europa, de momento, todo lo que hemos sido capaces de hacer con el móvil es un intento de sustituir al teléfono fijo en el acceso a Internet (ya que tenemos la capacidad en la red, que permite acceso a una velocidad de 3,6 megas). Lo que ha empezado a romper el molde es la música, pero porque, si no espabilan, el iPod de Apple u otro dispositivo se los va a comer el día en que se ponga a hablar. En el Viejo Continente, todavía alardeamos de que la gente para lo que utiliza el móvil es para decir hola. ¿Y para qué más lo puede usar? ¿Es que lo sabe? Las operadoras europeas han empezado a activar ahora toda una serie de servicios, algunos muy similares a los que llevan años utilizando en Japón. (Europa ni siquiera se creía hace cinco años que la descarga de tonos que había roto los esquemas en tierras niponas pudiese funcionar aquí). Orange acaba de lanzar en Francia un sistema de localización por satélite para guiarse andando o en coche por el móvil. El segundo operador de Japón, KDDI, cuenta con un sistema similar desde octubre de 2003, el EZ Navi Walk, desarrollado con tecnología de la americana Qualcomm.Han esperado a tener una red con una capacidad que no necesitó el gigante NTT para lanzar en febrero de 1999 su i-mode, que es la marca de todos esos servicios añadidos a la voz. Empezó dando servicios a 56 kbps y ahora, cuando trabaja en una red que alcance los 3,6 Megas, tiene más de 47 millones de clientes con este i-mode contratado. El número de usuarios de móvil en Japón es de 81,5 millones, el 87 por ciento de la población. Y hay más usuarios de telefonía móvil de tercera generación, lo que en NTT llaman Foma, que de segunda.¿Cómo lograron que los usuarios usasen los servicios diferentes de la voz, los datos? Primero teniendo servicios, segundo con tarifas planas mensuales, y tercero, enseñando a usar lo que se ofrecía. KDDI, tiene en el centro de Tokio un edificio de cinco plantas dedicado a enseñarle a la gente todo lo que puede hacer con el móvil. Entre otras cosas, es posible hacerse tarjetas de visita personales que incorporan en la esquina superior a la derecha un código de puntos (sustituto del código de barras que conocemos aquí) que es captado por la cámara del móvil y registra sin necesidad de teclear nada todos los datos del propietario de la tarjeta. Nombre, dirección, teléfono, dirección de correo electrónico, todo pasa automáticamente a la agenda del terminal. El mismo código aparece en publicidades o en revistas de cine para comprar entradas desde el móvil, enlazarse a la web de una tienda...Los japoneses se han descargado a móviles de KDDI alrededor de 5,5 millones de libros virtuales, en su mayoría comics, que se prestan mejor a ser leídos en la pequeña pantalla. La compañía ofrece hasta 500.000 títulos diferentes.Y ¿saben qué? La portabilidad, ese sistema europeo que permite cambiar de operadora telefónica conservando el número que se tenía con la anterior, empezó a funcionar en Japón el pasado 24 de octubre. ¿Había poca competencia? No. En servicios era brutal, pero en espera de que se intensifique las tres operadoras de móvil japonesas han puesto en el mercado 50 modelos nuevos de móvil. Allí, los fabricantes diseñan los móviles a la medida de lo que piden los operadores, que cuentan con su propio centro de diseño. ¿Qué viene ahora? En la planta de demostraciones de NTT en Tokio ya es posible ver, junto al prototipo de móvil que se carga con luz solar o el dispositivo fabricado con material biodegradable, una sala oscura que da paso al futuro. Con unas gafas, de momento algo aparatosas, que recuerdan a una de las antiguas cámaras instantáneas de Polaroid, es posible ver lo que está alrededor de quien las lleva puestas y lo que no está. Las personas que se encuentran en la habitación y peces que ves pasar a tu alrededor, pero que no pasan, en un mar que no tocas pero ves. Tridimensional, a todo color. ¿Para qué sirve? Las gafas permiten seleccionar uno de los peces y ante nuestros ojos se despliega toda la información sobre él. Cuando sean parte del presente tecnológico, recibiremos correos electrónicos en medio de una calle señalando a un punto que nos recordará dónde hemos quedado, desplegaremos la información de los restaurantes con seleccionar su cartel a la puerta... Japón no prueba en balde.