La fabricación del Golf se concentrará en Alemania y 12.000 belgas se van al parobruselas. En Bélgica ya nadie se traga la cantinela de que el capital no entiende ni de patrias ni de sentimientos; sólo de rentabilidad y eficacia, como diría el gigante alemán E.ON en su asedio a la española Endesa. El hechizo de la teoría liberal se desvaneció ayer en Bruselas cuando el grupo germano Volkswagen anunció su plan de repatriar la producción de su mítico Golf a las plantas alemanas de Wolfsburg y Mosel, y dejó en la estacada 4.000 empleos directos y otros 8.000 indirectos en la vecina Bélgica.El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, se declaró ayer en estado de shock y se hizo eco de las acusaciones que abundan en boca de los sindicalistas y los analistas de su país. En unas declaraciones a la cadena televisiva VRT, el primer ministro mostró su extrañeza por el hecho de que la planta del distrito bruselense de Forest sea la única afectada por la reestructuración del grupo alemán. Puntualizó que la producción es más cara en Wolfsburg, pese a que los sindicatos alemanes hayan accedido a prolongar su jornada laboral sin cobrar más. Y apostilló que esta es la prueba evidente de que la decisión no se ha tomado de acuerdo a los principios del mercado. Y van cuatro La industria del automóvil en Bélgica no sale del tunel desde 1997, fecha en la que Renault sacrificó los 3.000 empleos de la ahora inexistente fábrica de la localidad de Vilvorde. En 2001, Volkswagen ya suprimió 1.000 empleos en Bruselas, la misma planta que ayer se volvió a ver en el punto de mira de la reestructuración. En 2003, Ford amenazó con el cierre de su factoría en Genk, pero tras largas negociaciones con el Gobierno belga, el golpe quedó amortiguado: la planta sigue funcionando, aunque con 3.000 operarios menos.La reestructuración anunciada ayer en Bruselas llega pese a que en los últimos años los poderes públicos belgas habían impulsado un polígono industrial justo enfrente de la factoría de Volkswagen en el que se agrupaban las empresas subcontratistas. De forma que la cadena de suministro ganaba en eficacia, ahorraba en costes y la entrega de pedidos era inmediata.Los agoreros temen que el anuncio de ayer sea una cortina de humo que esconda un hipotético plan de cierre definitivo en dos etapas. La primera, la de ayer, la concentración de la producción del modelo Golf en casa: Alemania y más concretamente Wolfsburg, cuna del grupo. La segunda, más tarde, sería retirar igualmente el Polo (que también se produce en Navarra). Volkswagen aseguró ayer que tenía la intención de mantener la planta de Bruselas, y recordó que tiene en marcha un plan de reducción de 20.000 empleos en Alemania.