Las condiciones climáticas del invierno obligan a realizar nuevas tareas de mantenimiento en el cocheEl frío, el agua, la niebla, el hielo, la nieve... y todos los demás elementos que componen las bonitas estampas otoñales e invernales, resultan tan bellos como peligrosos para conducir. A la ya habitual prudencia al volante hay que sumar un plus de respeto al tráfico rodado en esta estación del año, y unos minutos extra a la atención al coche.En primer lugar, se deben tener en buen estado las escobillas del limpiaparabrisas y mantener lleno el depósito de agua. Las bajas temperaturas propician que el hielo bloquee los limpiaparabrisas, así que se recomienda contar con algún producto para eliminarlo: el alcohol o un poco de vino blanco en el depósito de agua resultan muy útiles. Asimismo, es necesario comprobar el funcionamiento de la luneta térmica posterior.Malditos aguacerosLos dos grandes peligros de la lluvia son la falta de visibilidad y la pérdida de adherencia. El agua caída mezclada con el barro, los restos de neumáticos y de grasa, forman una película sobre la que el derrapaje es una opción que no se puede descartar. Para evitar que ocurra esto, resulta imprescindible que el dibujo de las ruedas supere los 1,6 milímetros de profundidad y éstas tengan la presión adecuada.Por otro lado, la humedad y los fríos extremos son enemigos de las baterías. Para evitar que se descarguen, hay que comprobar que el nivel del líquido esté un centímetro por encima de la señal indicada por el fabricante. Si hay que rellenarlo, se hará con agua destilada. Asimismo, se deben mantener limpios y protegidos los bornes con una capa de vaselina o grasa para evitar que se sulfaten. Un elemento clave para conservar el motor en la época invernal es el anticongelante. A fin de comprobar su nivel, el motor deberá estar frío. Los radiadores de aluminio deben rellenarse con un anticongelante específico.Compruebe también el funcionamiento de las luces de carretera, de cruce, de posición, de freno, antiniebla y los indicadores de dirección. No estará de más la limpieza de los cristales y tulipas de estos elementos; la suciedad disminuye la luminosidad. La contaminación del aire, del combustible y de los aceites se elimina a través de los filtros. La sustitución de estos debe hacerse cada dos cambios de aceite. Hoy día, la mayoría de coches utilizan aceites multigrado, válidos para todas las épocas del año.