Si no realiza alguna nueva inversión tendrá que devolver parte de la caja a sus accionistas Le ha costado mucho tiempo a Indra entrar por primera vez en la lista del valor naranja de la semana, en la que se destaca al mejor título del Eco10, el índice que sale de la Cartera de Consenso de elEconomista elaborada por 48 firmas de inversión y calculado por Dow Jones Stoxx. Pero al final lo ha hecho apoyada en la idea de que continuará teniendo un accionariado que posibilite movimientos corporativos, después de que la integración de Soluziona -la filial de consultoría de Unión Fenosa- mediante una ampliación de capital, deje a la eléctrica con un 11 por ciento del capital de Indra y un compromiso de no superar el 20 por ciento. Los otros accionistas destacados en el accionariado de Indra son Caja Madrid, que controla el 13 por ciento, y Cajastur, que tiene el 4 por ciento.Esta visión de una accionariado que no controlará más del 50 por ciento de la compañía ha dejado la puerta abierta a una opa sobre Indra, lo que ha permitido que el valor suba en la semana un 6,13 por ciento. Pero tampoco hay que llevarse a engaños y pensar que sobre el tejado de Indra sobrevuela una opa, porque es imposible que alguien se haga hostilmente con una compañía en la que una buena parte de la carga de trabajo depende de distintas administraciones, tanto nacionales como locales.Por este motivo, uno de los motivos por los que ha podido afianzarse la senda alcista en la última semana de Indra es la posibilidad de que la compañía realice adquisiciones en próximas fechas. Hay que tener en cuenta que mientras no tiene deuda (se espera que acabe con una caja de más de 50 millones de euros) demuestra año a año que puede elevar su beneficio bruto de explotación cómodamente por encima de los dos dígitos (este año se espera una mejora del 14 por ciento, hasta los 182 millones de euros).Esta situación obliga a realizar a adquisiciones o modificar la estructura financiera de la compañía, que para cualquier banco de inversión es ineficiente. En el actual escenario de bajos tipos de interés, los bancos de inversión le suelen presionar para que realice una adquisición o tome la decisión de dar un dividendo extraordinario a sus accionistas. En el fondo, se trata de algo que ya hizo Indra hace poco cuando repartió un dividendo de 0,32 euros por acción en febrero de 2005 porque su caja neta se aproximaba a los 200 millones de euros. Tanto si compra bien como si reparte un dividendo extraordinario, esta compañía puede seguir su senda alcista, ya que es uno de los pocos valores que conserva potencial (ver cuadro). Rumor que castigo al títuloAunque tampoco hay que olvidar que hace poco tiempo se especuló con la posibilidad de que el Gobierno le pida a la compañía española que salga al rescate de EADS -en la que la SEPI tiene el 5,4 por ciento y que ha retrasado las entregas de su proyecto estrella, los aviones A380, más de un año-. Indra podría comprar con su caja estimada el 0,25 por ciento del consorcio aeronáutico propietario de Airbus.