Entre los 19 nombres que propondrá en la junta no figura ninguno ligado al grupo españolEl banco cántabro votó en contra del canje porque cree que se evalúa muy bajo al Sanpaolo madrid. Suena a castigo por rebeldía o a desinversión anunciada. Sanpaolo e Intesa no han reservado al grupo Santander ni un sólo de los 19 consejeros que propondrán en las respectivas juntas de accionistas el próximo 1 de diciembre para el banco que surja de su fusión.¿Por qué se niega representantes al dueño del 8,42 por ciento del Sanpaolo, que hoy nombra a tres de sus 17 consejeros, y tendrá un 4,2 del nuevo Intesa Sanpaolo? No hay respuestas oficiales y alimenta el rumor de que el Santander hará caja. De cumplirse este pronóstico, abandonaría la nave transalpina -que no Italia- con una bolsa de 1.200 millones de euros en plusvalías y, quizá, un cierto sabor amargo. Y es que el Sanpaolo es el último vestigio de la macroalianza bancaria que llegó a tejer el grupo presidido por Emilio Botín a finales de los noventa en cuatro países europeos. Por herencia del antiguo BCH, estuvo asociado al alemán Commerzbank y al francés Société Générale, con cerca del 5 por ciento de ambos bancos en su poder. Llegó la crisis argentina, necesitaba provisiones y se impuso vender en 2002. El adiós al cruce de consejeros y salida del capital en su aliado Royal Bank of Scotland, fue exigencia de las autoridades de la Competencia en 2004. No podía seguir porque ya era un rival más en el Reino Unido, tras quedarse en Abbey. Le queda Sanpaolo IMI. Un banco en el que desembarcó hace una década a través del entonces San Paolo di Torino, y que le gusta.Tanto que el Santander no ocultaba el interés por el que lleva años defendiendo como "el mejor banco de Italia". No podía subir el peso en el turinés, al encontrarse atado de manos en un pacto accionarial para gestionar la entidad que vencía la próxima primavera. Era cuestión de tiempo. Pero su anhelo topa el pasado 24 de agosto con un muro: la fusión Sanpaolo IMI-Banca Intesa que bendice con peros. Dice que es una buena unión, pero desaprueba el canje. Un título del banco turinés -defiende- vale más que 3,115 acciones de Intesa. Votó en contra del canjeAhí empieza una guerra en solitario -fue el único de los grandes accionistas que votó en contra del canje-, que parece estar enquistada a la luz de su exclusión del consejo. En el vivo mundo de la rumorología que ha rodeado la operación, se habló de mejorar el canje y se negó. Se especuló con la venta al Santander de hasta 300 sucursales sobrantes para compensarle y se descartó. Otros posibles resarcimientos nunca confirmados: una cuota en Banca CariFirenze o Cassa di Risparmio di Forlì, donde Sanpaolo es dueño principal; o, incluso, alianzas fuera de Italia. El mismo presidente del banco turinés, Enrico Salza, le tendió la mano con una oferta de soluciones imaginativas para contentarle. Pero el Santander pedía más dinero, al menos, de manera pública. Y en la prensa italiana se asegura que tratará de convencer a otros accionistas para frenar la fusión si no se eleva la oferta económica. A diferencia del Santander, el Credit Agricole sí cerró un acuerdo con Banca Intesa. El francés comprará al italiano dos filiales y 193 sucursales por unos 6.000 millones en compensación por la pérdida de peso en el futuro grupo. Hoy es el primer accionista de Intesa, con un 18 por ciento; luego lo será en el Intesa Sanpaolo, con un 9,1 por ciento, y después es posible que pierda su condición, porque piensa hacer desinversiones parciales. Una opción para el consejoPero no todo está perdido. En el mar de rumores sobresale una que se dice que Generali podría intermediar un acercamiento. Y es que la aseguradora, en cuyo consejo se sienta la presidenta de Banesto Ana Patricia Botín, tiene intereses en ambos lados. Es el segundo accionista del Santander, tras la Mutua Madrileña, y será tercero en el grupo italiano, con un 4,9 por ciento.¿Si hay entendimiento podrá tener consejero? En la tormenta que, en apariencia, se cierne sobre las relaciones del Intesa Sanpaolo y el Santander, se abre un rayo de luz. Ayer quedó libre una vacante, al encumbrarse a uno de los candidatos -el consejero delegado del Sanpaolo IMI Alfonso Lozzo- a la presidencia de la Cassa Depositi e Prestiti. El titán italiano deberá sumar además a otros dos independientes, cuyo nombre o nombres bien los podría elegir el cántabro, aunque no antes de la junta de 2007. Si se queda, será el quinto inveror más importante de un grupo con 6.134 sucursales en Italia, un en el italiano, 12 millones de clientes, el 20,4 por ciento del mercado en depósitos y créditos, y filiales en Croacia, Hungría, Eslovaquia, Serbia, Egipto y Ucrania.Pase lo que pase, el Santander seguirá dando batalla en Italia. Hace escasos días irrumpió en banca privada, con la compra de KBL Fumagalli Soldán por 44 millones. Un suma y sigue, porque se ha hecho fuerte en el negocio de créditos al consumo a través de Santander Consumer Finance, que tiene 56 oficinas y créditos por 4.800 millones.Otro runrun habla de ganar posición con más compras.