La novena conferencia de presidentes regionales con Pedro Sánchez ha servido para evidenciar el malestar de comunidades autónomas de peso como Madrid, Andalucía y Valencia ante el baremo del gobierno central para decidir qué territorios pasan a la fase 1 del plan de desescalada. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, considera "evidente" que Madrid necesita "dar un paso adelante" porque cuenta con el 60% de las grandes empresas y es un "motor económico bueno para que todos los demás sigan funcionando". También insistió en que es necesario "un refuerzo sanitario", teniendo en cuenta la densidad de población de la región y que, en cualquier momento, puede darse un nuevo brote. Para el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, es "difícil de entender" que distritos sanitarios como la Costa del Sol, con 1,6 casos confirmados por PCR por cada 100.000 habitantes, no pueda pasar a la fase 1 cuando distritos sanitarios con incidencias mucho más elevadas sí lo han hecho y ha advertido a Sánchez de que esta decisión causa un "daño reputacional" innecesario a marcas como la Costa del Sol o la Costa Tropical de Granada. Pero los populares no han sido los únicos en transmitir sus quejas ante Sánchez. El socialista Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, exigió que se "revierta lo más pronto posible" la decisión, al considerar que "no se ha justificado la decisión del Ministerio con criterios técnicos". "Los valencianos hemos hecho los deberes y en cualquier estadística se puede comprobar". De hecho, ha avanzado que este mismo domingo estaría disponible en la web de la Conselleria de Sanidad Universal el informe técnico que la Comunitat ha presentado al Ministerio con los datos de todos los parámetros que se requerían y que dice "claramente que sí es posible que toda la Comunitat Valenciana pasara a la fase 1".