La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) da marcha atrás y permite que Renfe firme el Acuerdo de Marco de 10 años pactado con Adif para la reserva de capacidad de cara a la liberalización del AVE. El superregulador ha dado ahora por buenos los argumentos presentados por el operador ferroviario para extender su contrato hasta la década, igual que sus futuros competidores: Ilsa, que entrará en el mercado español de la mano de Trenitalia, y SNCF. Mientras en la primera resolución el regulador rechazó la inversión de 900 millones en flota, la amortización de los trenes y el contrato de obligación de servicio público presentados por Renfe para conseguir los 10 años, en este caso sí que los ha dado por buenos, ya que "están desglosados y especificados". Así, Renfe ya cumple los requisitos recogidos en el artículo 38.5 de la Ley Ferroviaria para extender el contrato de cinco a diez años como "la existencia de contratos comerciales, inversiones o riesgos". Por ejemplo, el contrato a largo plazo de obligación de servicio hace que Renfe compita con una mano atada a la espalda, ya que parte de las plazas tienen que venderlas a un precio especial para cumplir con los acuerdos firmados con Adif hasta 2027. Y es que, el contrato de OSP incluye la prestación del servicio Avant con trenes de alta velocidad, por lo que reserva plazas en los AVE a un precio menor.En cuando a las inversiones específicas, que la CNMC tachó de innecesarias, ahora las da por válidas. "Ha acreditado en la nueva información aportada inversiones especializadas, así como los riesgos derivados de la amortización pendiente de su material rodante", señala la CNMC. Y es que, de los 83 trenes que va a utilizar para explotar los tres corredores, 23 serán trenes nuevos. "Hay inversiones realizadas pendientes de amortizar por 1.080 millones y nuevas inversiones específicas en 23 nuevos trenes y mejoras por 616 millones", defiende Renfe.